Estaba previsto que el vuelo de Aerolíneas regresará el jueves con 600.000. No hay información oficial sobre las razones, pero sí versiones: demoras en la producción
Si el calendario hubiera sido como informó el Gobierno el viernes pasado, un vuelo de Aerolíneas Argentinas habría salido el domingo a buscar 600.000 dosis de la vacuna Sputnik V a Moscú y, así, la tercera partida de dosis contra el coronavirus habría aterrizado el martes en Ezeiza. Tras varias postergaciones, lo que se supo ahora es que las vacunas llegarían este jueves -en un horario a confirmar-, pero en lugar de ser 600.000, vendrá apenas más de un tercio de las estipuladas: 220.000, todas del primer componente, de los dos que incluye la vacuna rusa. No hubo información oficial sobre las razones del achicamiento de la partida.
El martes, desde el Ministerio de Salud informaron que lo que ya venían explicando desde el domingo: que la fecha de salida del vuelo era todavía incierta, que esperaban el “ok” desde Rusia y el retraso se debía a “cuestiones logísticas” que no fueron detalladas.
“Las vacunas están, pero se está demorando el despacho. Pero llegan en breve”, comentaron ayer desde la delegación que acompaña al presidente Alberto Fernández en su visita de Estado a Chile. Luego de un día de incertidumbre, el vuelo partió desde Ezeiza en la noche de ayer, pero queda flotando la duda sobre el contenido que llegará a Buenos Aires. “Lo sabremos cuando la tripulación llegue allá”, informó a LA NACION otra fuente al tanto del operativo.
El tiempo de carga en Moscú, partiendo de la base de las dos experiencias anteriores, “no debería demandar más de cinco horas, por lo que el avión estaría despegando desde la capital rusa, tras completar la recepción de las vacunas y cumplir con los trámites aduaneros, antes de la medianoche de este miércoles”, según informaron fuentes oficiales.
Las precisiones de Rusia sobre la producción de la Sputnik V y su llegada a Argentina
Más allá de las dudas que se generaron sobre este vuelo puntual, en el Gobierno dan por descontado que Rusia no cumplirá con el pactado para este mes, que establecía el envío de 4,7 millones de dosis más hasta fin de mes. En total, el acuerdo ente Argentina y la Federación Rusa establece el envío de 20 millones de dosis, para inocular a 10 millones de personas (dos dosis por persona), de las que hasta el momento llegaron 600.000 desde Moscú en dos viajes, uno antes de Nochebuena y el segundo hace diez días. “Prometieron aumentar la producción y la entrega, esas son buenas noticias”, se entusiasmaron desde un despacho oficial.
Desde el Ministerio de Salud, que encabeza Ginés González García, le restaron gravedad al asunto. “Como en toda relación comercial, una de las dos partes se puede atrasar, hay un contrato firmado que hay que cumplir”, recordaron, y desecharon la posibilidad de un reclamo más vehemente, como el que otros países europeos le han planteado a empresas que no cumplieron lo prometido, como la norteamericana Pfizer o la británica Astra Zeneca. “Se entiende la demora por el contexto. Ellos están vacunando a su población, a la vez generando otros contratos como con México. Ojalá tuviéramos mayor previsibilidad, pero la pandemia es imprevisible”, se excusaron la Cartera de Salud.
La misma Federación Rusa reconoció anoche que podría “haber demoras” en la provisión de vacunas.
Este es un proceso que nunca encaró el mundo, con la necesidad de cientos de millones de vacunas. Las expectativas tienen que ser realistas”. En una entrevista Kirill Dmtriev titular del Fondo Ruso de Inversión Directa, no habló sólo del atraso de la Sputnik V sino de todas las vacunas, incluyendo el escándalo en Europa por la demora de Pfizer de más de un mes en entregar las dosis. Pese a todo, el vuelo AR1062 fue a Moscú con la expectativa de traer algo más de las 220.000 dosis previstas y regresará mañana jueves al mediodía.
En su diálogo con CNBC, Dmtriev explicó que “la producción de vacunas tiene muchos componentes y si hay problemas con uno, se demora todo”. O sea, que el ejecutivo reconoció que las demoras son de la producción rusa. Es algo normal y eso está ocurriendo con todas las vacunas: Pfizer argumentó que está ampliando su planta en Bélgica, pero en Europa son pocos los que creen en esa versión. También está atrasada la de Oxford-AstraZeneca, que recién empezará a proveer las dosis a mediados de febrero, pero el titular del laboratorio, Pascal Soriot, dijo ayer que “Europa pidió las vacunas tres meses después que el Reino Unido. Por eso ya hay vacunas en el Reino Unido y no hay en Europa”.
“Tenemos una de las mejores vacunas del mundo -afirmó Dmtriev-, tenemos una gran ciencia, pero tratan de meter la política en las vacunas”.
Una de las pruebas más concretas de que los problemas son reales y afectan a la producción de todas las vacunas es que el presidente Vladimir Putin dijo de entrada que la fabricación de la Sputnik V en Rusia sería exclusivamente para los rusos. Por lo tanto, las vacunas para la Argentina provendrían de India o Corea del Sur. Lo cierto es que, por ahora, Aerolíneas va a buscar las dosis a Moscú porque está atrasada la producción en India, según las versiones, debido a que se está testeando la calidad. Y esto supone un desafío político, porque en Rusia hay reclamos debido a la lentitud en la provisión de vacunas, incluyendo en ciudades claves como San Petersburgo y en seis repúblicas que integran la Federación Rusa.
“Ya estamos proveyendo a 13 países, entre ellos Hungría y Emiratos Arabes Unidos, referentes en Europa y Medio Oriente”, dijo Dmitriev. El acuerdo con México es inminente y la Sputnik estaría aprobada en 24 países más en las próximas dos semanas.