Una mujer policía, expareja del actual novio de Nidia Angulo, la oficial asesinada de un disparo en la cabeza en una subcomisaría de Guaymallén, fue imputada de ese crimen por la justicia y será alojada en un penal, informaron fuentes judiciales.
Se trata de la policía Claudia Pérez, quien está detenida por el hecho y en las últimas horas fue acusada por el fiscal Gustavo Pirrello del delito de "homicidio agravado por alevosía y por el uso de arma de fuego".
El fiscal de Homicidios dijo hoy en conferencia de prensa que se le notificó a Pérez la imputación y las pruebas que hay en su contra, entre ellas el barrido electrónico positivo, "una prueba científica que acredita que en el corto lapso efectuó un disparo con arma de fuego".
También mencionó las amenazas previas que la mujer le hizo a su expareja en las que ella expresó "la vas a tener que velar en un cajón" al enviarle un mensaje por WhatsApp, 10 o 12 horas antes del crimen.
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El fiscal también informó que ayer, los familiares de la mujer se comunicaron al 911 manifestando que tenían la posible arma homicida e indicó que "se desplazó persona de investigaciones y se secuestró un arma de fuego 9 milímetros" que ahora será analizada para corroborar si coincide o no con el disparo que recibió la víctima.
"Surge de la investigación que Claudia Pérez estuvo en pareja con Juan Pablo Romera durante nueve años, se separaron en noviembre y en diciembre se puso de novio con Angulo. Pérez Había tomado conocimiento que en estos días previos al homicidio se habían ido a vivir juntos y evidentemente ese fue el detonante", dijo el fiscal.
El hecho ocurrió el viernes cerca de las 7 en la subcomisaria El Sauce, cuando dos policías regresaron de una ronda y al ingresar el destacamento encontraron a Nidia con una herida en la cabeza.
Según las pericias preliminares, la víctima se hallaba en una de las oficinas de la seccional que funciona como un lugar de descanso y estaba recostada sobre una especie de cucheta, con un disparo en el cráneo.
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Los policías creyeron en un primer momento que estaba descansando, pero luego notaron sangre y una herida en la cabeza, por lo que la trasladaron hasta el hospital de la zona. Allí, los médicos que la revisaron constataron su muerte.
Las autoridades dieron intervención a la Justicia y el fiscal de Homicidios de Mendoza llegó hasta la seccional y preservó el lugar, ya que si bien en un principio se pensó en un posible suicidio, en la habitación no fue hallada su arma reglamentaria ni su teléfono celular.
Por su parte, compañeros y allegados a la víctima se vieron sorprendidos y acongojados mientras se abrazaban frente a la dependencia tras recibir la noticia del crimen.