La Policía llevó a cabo un operativo de allanamiento en el barrio de San Martín, en respuesta a una investigación vinculada a una estafa perpetrada a través de redes sociales, en la que se promocionaba la venta engañosa de una consola Playstation.
El dispositivo de allanamiento se concretó como resultado de una exhaustiva pesquisa llevada adelante por el personal de la Dirección de Homicidios, una unidad que forma parte de la dirección de investigaciones. Los procedimientos de inspección se llevaron a cabo en tres ubicaciones: el barrio San Martín, el interior del sargento Cabral y el recinto penitenciario San Felipe, y arrojaron resultados positivos.
La investigación se inició a raíz de una serie de incidentes ocurridos durante los últimos meses en el corazón del barrio San Martín, en la Ciudad. En estos incidentes, las víctimas fueron engañadas a través de perfiles sospechosos en redes sociales, los cuales ofrecían la venta de diversos artículos a precios sumamente bajos. Los afectados, atraídos por la aparente oportunidad, establecían contacto con dichos perfiles para concretar la compra, acordando puntos de encuentro. Sin embargo, al llegar al lugar, eran abordados por un grupo de individuos armados que los atacaban violentamente.
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El primer incidente tuvo lugar el 28 de julio de este año, cuando dos individuos se dirigieron al barrio San Martín con la intención de adquirir una consola Playstation 4. Al llegar al punto acordado, fueron sorprendidos por varios atacantes, quienes, utilizando amenazas y armas de fuego, dispararon y dejaron a uno de los compradores con una herida en la cabeza.
El segundo episodio ocurrió el pasado 10 de agosto, cuando una pareja llegó al mismo vecindario en una motocicleta para concretar la venta de un cuadro de ducha y una pava eléctrica. No obstante, al llegar al punto de encuentro, fueron abordados por individuos que les robaron todas sus pertenencias.
Estos incidentes permitieron a las autoridades identificar a los perpetradores y desencadenaron una investigación en la que se recolectaron pruebas e indicios suficientes para incriminar a los delincuentes.
La División de Homicidios trabajó en conjunto con el Departamento de Asistencia Tecnológica y Apoyo Investigativo, lo que permitió establecer tanto la participación como los roles específicos desempeñados por cada miembro de la banda. Se determinó que el líder de la operación sería un recluso que operaba desde el interior del servicio penitenciario, utilizando diversos perfiles falsos en Facebook, mientras que los otros miembros se encargaban de llevar a cabo los ataques a las víctimas.