Este viernes, a la monja Kumiko Kosaka, imputada por los abusos sexuales a chicos en el Instituto Próvolo de Luján de Cuyo, le concedieron la libertad por vencimiento de la prisión domiciliaria. Esto no significa cambios "ni mejoras" para ella en su situación procesal.
La monja llevaba cinco años con prisión preventiva. Ahora en libertad, no puede tener contacto con ninguna víctima de ningún tipo y tampoco salir del país. La fianza que le impusieron fue de dos millones de pesos.
Si quiere salir de la provincia deberá pedir autorización y tendrá que fijar y mantener un domicilio legal.
Debido a la dilación del juicio, este viernes se cumplió el plazo máximo para que pueda estar detenida sin tener una condena.
La Justicia no dio lugar al planteo de la defensa de las víctimas, quienes habían pedido que se estableciera una extensión de la prisión, algo que puede darle como una excepción cuando la causa presenta complejidad relacionada a los delitos o cuando la defensa de la persona imputada dilata la conclusión.
La religiosa tiene siete imputaciones en su contra.
La decisión no fue bien tomada por víctimas y familiares de víctimas. La monja tiene siete imputaciones, una por el delito de "abuso sexual gravemente ultrajante".
Kumiko era la única de las nueve personas imputadas que estaba con prisión domiciliaria. Asunción Martínez (otra religiosa) y las trabajadoras Graciela Pascual Ivars, Gladys Edith Pinacca Andrade, Cristina Fabiana Leguiza Funes, Valeska Elizabeth Quintana Valenzuela, Laura Alejandra Gaetan Sicardi, Cecilia Alejandra Raffo Andreotti y Noemí del Carmen Paz Torrez esperan la resolución en la causa.
Kumiko fue beneficiada con la libertad.
Por los abusos en la institución religiosa ya habían sido condenados Jorge Bordón, Nicola Corradi (fallecido), Horacio Corbacho y Armando Gómez.
En tanto desde la agrupación Xumex, cuyos abogados son querellantes en la causa, expresaron hoy que esta decisión "no significa que la situación procesal de la monja haya mejorado o que no se le crea a las víctimas", sino que solo es producto de un beneficio por la dilatación del juicio.
Kosaka Kumiko es la única que llegó a este juicio con prisión domiciliaria acusada de abuso sexual agravado, corrupción de menores y partícipe primaria por omisión.
El segundo juicio por los abusos, que tiene como imputadas a nueve personas, dos de ellas monjas, se desarrolla lento con varias demoras por nulidades y recusaciones.
En el primer juicio, que finalizó en noviembre de 2019, fueron condenados el sacerdote Horacio Hugo Corbacho, a 45 años de prisión; el cura italiano Nicola Corradi (83), quien recibió una pena de 42 años y el exempleado Armando Gómez, quien recibió 18 años de prisión.