Se trata de Germán Carrizo, quien junto a otra argentina, Carito Lourenço, ganan la primera Estrella Michelin para su restaurante Fierro, en Valencia.
Fierro es la historia de un sueño. La de dos argentinos, Carito Lourenço y Germán Carrizo, que recorrieron 11.000 kilómetros para cocinar a fuego lento su futuro.
Lo curioso de este restaurante es que no nació como tal. Germán y Carito, se instalaron en ese local para tener un espacio en el que idear nuevos platos y realizar tareas de formación.
Pero, aunque estaban a gusto con ese nuevo giro que había dado su vida tras dejar los restó Vuelve Carolina y El Poblet, necesitaban cocinar. Anhelaban el cara a cara con el comensal.
Así surge Fierro. Y lo hicieron con valentía: una sola mesa para doce comensales, que poco a poco se fue llenando. Ese atrevimiento en la puesta en escena se aprecia perfectamente en sus platos, cada vez más arriesgados, pero también más madurados. Lo que el cliente va a encontrar allí son 15 años de experiencia en los que han aprendido el verdadero valor del producto y cómo tratarlo.
Ahora los fuegos artificiales han desaparecido del plato. Se han ido eliminando ingredientes innecesarios para dejar sólo la esencia. Esa es la madurez gastronómica a la que han llegado Carito y Germán.
Germán Carrizo nació en Mendoza, y hace mas de una década decidió cambiar de rumbo después de terminar sus estudios de cocina y comenzar una carrera gastronómica en Valencia.
Fue el restaurante Submarino donde pudo ir sumando a sus conocimientos todo lo referido a la cocina mediterránea. Después toma rumbo a Denia embarcándose en el equipo del poblet de Quique Dacosta. Posteriormente es jefe de cocina de Vuelve Carolina y El Poblet en Valencia.
Hoy, con varios proyectos mas personales, tiene en Fierro su maquinaria creativa junto a su brazo derecho Carito Lourenço.