En medio de un ambiente cargado de incertidumbre, el juez federal Ariel Lijo comparece ante la Comisión de Acuerdos del Senado para defender su nominación como miembro de la Corte Suprema de Justicia. La audiencia, marcada por la falta de apoyo de un sector del bloque kirchnerista que exige negociaciones con el Gobierno antes de brindar su respaldo, fue escenario de fuertes intercambios y cuestionamientos sobre la idoneidad del magistrado.
Lijo, quien fue propuesto para el cargo por el presidente de la Nación, comenzó su exposición agradeciendo la nominación y destacando la magnitud del desafío. “Le agradezco al presidente por haberme nominado; es el máximo desafío al que puede aspirar un abogado”, declaró, en un intento por subrayar su compromiso con el rol propuesto.
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La sesión, que incluyó la lectura de más de 100 preguntas, se intensificó cuando el juez enfrentó acusaciones sobre su desempeño. Respondió de manera firme a las críticas, rechazando cualquier duda sobre su capacidad moral para ocupar el cargo. “Rechazo de manera categórica por absolutamente infundada mi supuesta falta de idoneidad moral”, afirmó en respuesta a la senadora Carmen Álvarez Rivero (Pro-Córdoba), quien lo había señalado por presidir “el juzgado federal más ineficiente de la Ciudad de Buenos Aires” y por su manejo de casos emblemáticos como Ciccone, Siemmens, la compra de acciones de YPF y el Correo Argentino.
Otro momento tenso de la audiencia fue protagonizado por la senadora Carolina Losada (UCR), quien no solo cuestionó la idoneidad de Lijo, sino que también criticó la falta de representación femenina en la Corte Suprema. “No considero que sea idóneo para el cargo y creo que pone en peligro a la Nación argentina una persona con sus características en el máximo tribunal de justicia" , sentenció Losada, añadiendo que “debería haber una mujer en la Corte". Ante esto, Lijo respondió que el federalismo y la autonomía de las provincias deben ser respetados, y que la Corte tiene un rol más amplio que el de emitir fallos, incluyendo la colaboración con el Congreso para abordar problemas como el narcotráfico, la violencia doméstica y de género, y el acceso a la justicia.
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El magistrado también abordó la necesidad de mejorar la eficiencia del sistema judicial, señalando que “no es viable el nivel de litigiosidad con el que vive la Corte", y sugirió la imposición de plazos para agilizar los procesos.
La audiencia continuó tras un breve receso, con la senadora mendocina Anabel Fernández Sagasti (Frente de Todos) retomando las preguntas. Sagasti, en particular, centró su intervención en la constitucionalidad de la dolarización de la economía, una de las propuestas de campaña de Javier Milei, quien apoyó la candidatura de Lijo. Esta cuestión añadió un nuevo matiz al debate, reflejando las profundas divisiones políticas que atraviesan la nominación de Lijo y la posibilidad de su confirmación en el cargo.
La exposición del juez Lijo se produce en un contexto de alta tensión política, donde su futuro en la Corte Suprema aún depende de delicadas negociaciones y acuerdos en el Senado, en un proceso que está lejos de concluir.