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Sor Geneviève Jeanningros: ¿Quién es la monja que conmovió al mundo ante el cuerpo de Francisco?

Sor Geneviève Jeanningros, religiosa franco-argentina, emocionó al mundo al rezar frente al féretro del Papa Francisco en la Basílica de San Pedro. 

Redacción
23/04/2025 15:13

Una imagen recorrió el mundo y conmovió a miles: una monja, arrodillada en silencio durante más de veinte minutos, frente al cuerpo del Papa Francisco. Fue Sor Geneviève Jeanningros, integrante de la Congregación de las Hermanitas de Jesús, quien decidió romper el protocolo para decirle adiós a un amigo entrañable y un referente espiritual.

A pesar de que los homenajes iniciales estaban reservados a obispos y cardenales, ella se abrió paso por un lateral del altar mayor en la Basílica de San Pedro. Su presencia no fue detenida. Con un gesto sereno y profundo, se convirtió en símbolo de una despedida cargada de fe, historia y lucha por los marginados.

Una vida humilde y comprometida con los excluidos

Sor Geneviève vive en Ostia Lido, una zona costera y precaria a las afueras de Roma, donde comparte techo con feriantes y familias en situación vulnerable. Sin luz eléctrica ni servicios básicos, su vida se parece mucho a la de quienes acompañó durante décadas: personas pobres, olvidadas por el sistema, y también mujeres trans en situación de prostitución, con quienes compartió tiempo, escucha y hasta las llevó a conocer al Papa en las Audiencias Generales.

Un vínculo silencioso pero profundo con Francisco

La relación entre la religiosa y Jorge Mario Bergoglio comenzó cuando él era arzobispo de Buenos Aires. Desde entonces, compartieron una visión común sobre la Iglesia y el mundo: estar cerca de quienes más lo necesitan, aún si eso implica embarrarse, como decía el propio Francisco. “Una Iglesia que no sale a la calle termina pudriéndose”, repetía el Papa, una frase que bien representa el trabajo de Geneviève.

Una historia marcada por el dolor y la memoria

La historia de la hermana Geneviève está atravesada por un hecho doloroso: es sobrina de Sor Léonie Duquet, una de las monjas francesas desaparecidas durante la dictadura argentina de 1977. El cuerpo de su tía fue hallado años más tarde, junto al de Esther Ballestrino de Careaga, quien había sido jefa de laboratorio de Bergoglio en su juventud. Ambas fueron víctimas de los “vuelos de la muerte”.

Con su oración en silencio frente al féretro de Francisco, Sor Geneviève no solo se despidió de un Papa, sino de un compañero de camino, de alguien que entendía su lucha y compartía sus valores. Su gesto, simple y profundo, quedará grabado como uno de los momentos más íntimos y humanos del adiós al primer Papa argentino.

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