Esta semana, trascendió un hecho que ha enardecido las redes sociales. Un policía uruguayo fue fotografiado a propósito de un enigmático tatuaje que despertó una intensa polémica. Se trata de un símbolo heráldico alemán, el wolfsangel, que se encuentra inspirado en una trampa para lobos que se usaba hace siglos.
La trampa consistía en una parte superior que semeja un corchete y que se encuentra perforada en el centro, del cual se sostiene una cadena que tiene en su extremo una especie de anzuelo doble. Dicho anzuelo anzuelo fue objeto del símbolo que se eternizaría.
Según contó el oficial a El País, la circunferencia que rodea al símbolo es un uróboros, figura que representa el ciclo de repetición de las cosas, y que el wolfsangel simboliza la protección y la libertad. Por lo mismo, ha asegurado que no se trata de un símbolo nazi. También ha dicho que su tatuaje hace juego con «muchas otras runas» que se ha tatuado en diversas partes del cuerpo «por la simpatía con los vikingos y las tribus germanas de la época».
Reacciones oficiales
Desde el SIFPOM (Sindicato de Funcionarios Policiales de Montevideo), Ricardo González, dirigente del sindicato, ha comunicado a Punto de encuentro (Radio Universal) que para ellos no se trata de un símbolo nazi y que tiene otro significado, pero aseguraron que en caso de demostrarse lo contrario analizarán el caso y se tomará una resolución pertinente.
Por otra aparte, Patricia Rodríguez, la presidenta del sindicato, también expresó su disgusto con la reacción de las redes sociales, donde atacaron duramente al efectivo policial por su presunta ideología. El día de ayer escribió en su Twitter:
«El funcionario explicó cada uno de sus tatuajes, y dejó claro que no se identifica con ninguna simbología Nazi, el hostigamiento en las redes es grave y puede desembocar en situaciones lamentables. Es policía pero también es una persona que la está pasando mal junto a su familia».
El problema de los símbolos
Es cierto que el wolfsangel ha sido usado desde tiempos remotos y que ha sido elegido como estandarte de las más variadas causas. Fue utilizado en la Rebelión de Wat Tyler, en el año 1381, revolución gestada en contra de los príncipes germánicos. A su vez, Hermann Löns, en 1910, lo utilizaría en una novela, en la cual el protagonista, un luchador de la resistencia en la Guerra de los Treinta Años (1618 y 1648), se apropia del símbolo como amuleto personal. Pero también fue utilizado en los comienzos del Partido Nazi, siendo aplicado a múltiples divisiones militares de las SS.
Por otro lado, el símbolo también se parece mucho a la runa eihwaz y, de hecho, puede verse en la Internet más de un dije que presenta el mismo símbolo que luce el efectivo policial, aunque rodeado de otras tantas letras del alfabeto futhorc.
También, vale recordar que la esvástica, símbolo nazi por antonomasia, no fue una invención de dicho movimiento, sino que procede del muy antiguo origen de las culturas orientales. Según se ha investigado, en lugares cercanos a Susa, Irán, utilizaban la esvástica desde hace más de siete mil años, aunque se trataba de una esvástica girando hacia la izquierda (sentido levógiro). En el caso de los nazis, la esvástica era el símbolo de la llamada «raza aria» y se representaba girando hacia la derecha (sentido dextrógiro) y con una inclinación de 45°.
El objeto arqueológico más antiguo con una esvástica (un plato de arcilla con semblanzas de mujeres) data del V milenio a. C. y fue hallado en Samarra, Irak.
El problema de utilizar símbolos se cifra en no conocer específicamente su procedencia. Así, puede llegar a encontrarse en la Internet todo tipo de cosas, como las que ha encontrado esta redacción: