Un alumno abrió fuego este miércoles en una escuela del centro de Belgrado, capital de Serbia, y provocó la muerte de un guardia de seguridad del establecimiento y de ocho alumnos menores de edad, siete niñas y un niño. Además, el joven hirió a varios compañeros más y a su profesora.
“En el tiroteo que tuvo lugar esta mañana en la escuela primaria Vladislav Ribnikar, en Vracar (en el centro de Belgrado), murieron ocho niños y un guardia, mientras que seis niños y una maestra resultaron heridos y fueron hospitalizados”, indicó el comunicado oficial.
Más temprano, Milan Nedeljkovic, presidente del distrito Vracar, detalló a la prensa que el atacante “salió a un pasillo y usó un arma de fuego. Desgraciadamente, el guardia sucumbió a sus heridas, una profesora resultó gravemente herida, los niños fueron heridos (...) cuatro o cinco niños”.
Tras acordonar la zona, la Policía identificó al agresor por sus iniciales, K.K., y logró detenerlo en un patio central del edificio. Según el comunicado de la policía, el menor había utilizado el arma de su padre, era alumno del séptimo grado de la escuela y tenía 14 años.
Imágenes del lugar en medios locales mostraban escenas de conmoción mientras los efectivos se llevaban detenido al sospechoso con su cabeza cubierta y lo hacían ingresar a una patrulla.
El padre de una alumna, Milan Milosevic, habló con el canal de televisión N1 y contó que su hija estaba en clase de historia cuando ocurrió el tiroteo y que él corrió hacia la escuela cuando escuchó lo ocurrido. “Pregunté dónde estaba mi hija, pero al principio nadie podía decirme nada. Entonces ella me llamó y descubrimos que estaba fuera”, dijo el hombre con desesperación.
“Él [el atacante] disparó primero al profesor y luego a los niños, que se escondieron bajo los pupitres. Ella dijo que era un chico tranquilo y un buen estudiante”, relató Milosevic sobre lo que le dijo su hija y en medio de la conmoción general que se desató en la ciudad, que no está acostumbrada a episodios como este.
De hecho, los tiroteos masivos son extremadamente raros en Serbia. No se había producido ninguno en escuelas durante los últimos años. El último suceso de este tipo fue en 2013, cuando un veterano de las guerras de los Balcanes mató a 13 personas en un pueblo del centro del país.
De todas formas, en este marco, los expertos advierten a menudo sobre la cantidad de armas que quedan en el país tras las guerras de la década de 1990. También señalan que las décadas de inestabilidad derivadas de los conflictos y de dificultades económicas continuadas podrían contribuir a estos episodios violentos.
La grabación de la detención
Alumnos que lograron esconderse en medio de los tiros y que se arriesgaron a salir a los pasillos pese a no la situación del tirador consiguieron grabar con sus celulares a los oficiales, ya dentro de la escuela, en el momento en que detuvieron al atacante.
Según lo publicado por un medio serbio, fueron menores de edad los que captaron las imágenes de la Policía mientras reducía al atacante, quien mató a siete niñas, a un niño y a un portero. El diario local también indicó que los cuerpos de tres chicas fueron encontrados en el pasillo de la escuela, al igual que el del hombre de seguridad, y que los cadáveres de otras cuatro niñas y del niño fueron encontrados en un aula de la planta baja.
Detienen al padre del agresor
En tanto, los diarios serbios también informan de la detención del padre del tirador, dueño del arma empleada para cometer los asesinatos y quien declaró ante las autoridades que la misma se encontraba bajo llave en una caja fuerte.
El ministro del Interior, Bratislav Gašić, brindó una conferencia de prensa tras la tragedia, confirmó la noticia e indicó que de acuerdo a la investigación “el niño tenía el código” de la caja fuerte.
Asimismo, también ante la prensa, un miembro de la fuerza policial afirmó que el menor tenía una lista de objetivos para llevar a cabo. “He estado en miles de investigaciones, esto es inaudito en la sociedad serbia. Según los datos recopilados hasta el momento, el niño llevaba mucho tiempo planeando la masacre. Tomó la pistola del apartamento de su padre, también se llevó cócteles molotov. Primero le disparó al guardia de seguridad, luego a la colegiala de turno. Después del crimen, llamó a la Policía. Elaboró un plan para entrar y salir de la escuela. Él determinó los objetivos prioritarios, cómo liquidar a qué niños y en qué número”, afirmó Milić Veselin, jefe policial de la ciudad de Belgrado.
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