Con una población de 5,5 millones de habitantes, Finlandia ha sido nuevamente reconocida como la nación más feliz del planeta, según el último World Happiness Report 2025. Este informe, respaldado por la ONU, evalúa indicadores como el PIB per cápita, la esperanza de vida, el apoyo social y la percepción de libertad.
El país escandinavo obtuvo un puntaje de 7,736 sobre 10, reflejando la alta satisfacción de sus ciudadanos con su calidad de vida. Nicola Lindertz, embajadora finlandesa en Argentina, explicó que la felicidad en su país no se vincula con una alegría efusiva, sino con un estilo de vida basado en la estabilidad, la previsibilidad y la posibilidad de desarrollo individual. “Nuestra sociedad cuenta con una infraestructura de felicidad que garantiza oportunidades y seguridad”, destacó la diplomática.
Uno de los pilares del modelo finlandés es la combinación entre una economía de mercado y un robusto sistema de protección social. Lindertz señaló que esta fórmula permite a los ciudadanos trabajar con tranquilidad, sabiendo que, en caso de perder su empleo, contarán con una red de apoyo. Además, la baja desigualdad de ingresos fortalece la percepción de progreso personal sin grandes brechas socioeconómicas.
Educación, política estable y cooperación regional
El sistema educativo finlandés es otro factor clave. Con altos niveles de equidad y excelencia, ha sido referencia mundial durante décadas. La educación no solo es un derecho, sino un valor central en la sociedad.
En el ámbito político, Finlandia se distingue por sus gobiernos de coalición, que evitan giros extremos y garantizan estabilidad institucional. “Esto mantiene la política en el centro y permite reformas duraderas”, señaló Lindertz.
A nivel regional, la diplomática resaltó la cooperación entre los países nórdicos. Dinamarca, Islandia y Suecia también figuran entre los más felices del mundo, lo que evidencia un modelo compartido de bienestar.
Salud mental y resiliencia: lecciones desde Finlandia
A fines del siglo pasado, Finlandia enfrentaba altas tasas de suicidio, alcanzando un pico de 30 muertes por cada 100.000 habitantes en 1990. Para revertir la situación, el país implementó una estrategia nacional centrada en la capacitación de profesionales de la salud, logrando reducir la cifra a menos de la mitad.
Lindertz destacó que la apertura al debate y la acción concreta permitieron generar confianza en la sociedad. Además, subrayó la importancia de la resiliencia como parte del éxito finlandés: la capacidad de adaptarse a cambios e imprevistos ha sido clave para su bienestar.
Los datos económicos y sociales respaldan la posición de Finlandia como líder en felicidad. Con un PIB per cápita de 67.070 dólares, supera ampliamente a la media latinoamericana. La esperanza de vida es de 82 años, un indicador superior al promedio de la OCDE. Además, el 91% de los adultos han completado la educación secundaria, y la tasa de empleo alcanza el 72%.
Turismo, cultura y una marca de felicidad
El interés por Finlandia ha crecido también en el sector turístico. Desde iglús transparentes para observar auroras boreales hasta la legendaria casa de Papá Noel en el círculo polar ártico, el país se ha convertido en un destino atractivo para viajeros de todo el mundo.
Lindertz afirmó que la felicidad finlandesa se ha transformado en una “marca-país”. “Ahora la gente quiere conocer de primera mano de qué se trata vivir en el lugar más feliz del mundo”, comentó. Al mismo tiempo, Finlandia busca atraer talento y científicos internacionales para hacer frente al desafío demográfico del envejecimiento poblacional.
La conexión con Latinoamérica también se manifiesta en la cultura. “El tango es muy popular en Finlandia, algo que tenemos desde hace muchas décadas”, señaló la embajadora, reflejando la inesperada relación entre ambas regiones.
Reflexiones finales: la felicidad como un modelo sostenible
Para el académico Jeffrey D. Sachs, la clave de la felicidad no radica solo en factores económicos, sino en valores como la confianza y la cohesión social. En palabras del experto: “Nos corresponde traducir esta verdad en acciones concretas”.
El desafío de Finlandia ahora es sostener su liderazgo en un mundo en constante cambio, demostrando que la felicidad no es solo una cuestión de riqueza, sino de construir una sociedad donde todos puedan prosperar.