El panorama de la pobreza en Argentina alcanzó niveles alarmantes durante el primer semestre de 2024, según un informe del Ministerio de Capital Humano. El 61% de la población vive bajo condiciones de pobreza multidimensional, un concepto que combina ingresos insuficientes con carencias en áreas clave como salud, vivienda y educación.
El estudio, elaborado por el Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (Siempro), detalla que entre los menores de 17 años, este índice sube aún más, alcanzando el 72,2%. Esto significa que casi tres de cada cuatro niños y adolescentes en el país enfrentan privaciones significativas en su calidad de vida.
Un impacto social profundo
Proyectado a nivel nacional, este porcentaje equivale a 29 millones de personas. La pobreza medida exclusivamente por ingresos, según el INDEC, se ubicó en un 52,9% en el mismo período, mientras que la pobreza multidimensional refleja el agregado de privaciones no monetarias, evidenciando la amplitud de las desigualdades estructurales en el país.
El informe compara estas cifras con los registros de 2023, cuando la pobreza multidimensional era del 54,4% en el primer semestre y del 55,4% en el segundo. El salto de casi seis puntos porcentuales refleja el fuerte impacto de la devaluación y el alza de precios que caracterizaron la economía en los primeros meses de 2024.
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Luces de esperanza en el horizonte
Aunque las cifras iniciales del año resultan sombrías, fuentes oficiales afirman que el segundo semestre mostró una mejora significativa gracias a la desaceleración de la inflación. Esta contención de los precios habría permitido a más familias recuperar algo de estabilidad económica, aunque los datos oficiales aún no han sido publicados.
Desde el Ministerio de Capital Humano subrayan la importancia de este avance, pero advierten que la recuperación será un proceso largo. “La pobreza multidimensional no se resuelve solo con mejoras económicas. Requiere inversiones profundas en salud, educación y vivienda para atender las carencias estructurales”, explicaron desde la cartera.
Un desafío generacional
El impacto entre los menores de 17 años es especialmente preocupante, dado que más de siete de cada diez niños viven en hogares con alguna forma de privación. Esto no solo compromete su presente, sino que también limita sus oportunidades futuras, perpetuando un ciclo de pobreza difícil de romper.