Productores agropecuarios expresaron su preocupación por la disparada del precio del combustible diésel a nivel global y su impacto en el desabastecimiento.
Advierten que se trata de un momento critico debido al pico de demanda de abril y mayo, por el transporte de maíz y soja.
Durante los próximos meses empieza la recolección de ambas cosechas y tanto los minoristas como los mayoristas deben fijar cupos para la venta.
Faltando días para que el sector comience a demandar el combustible para transportar la carga al puerto, el sector teme por demoras y pérdida de rendimiento en las producciones.
En este marco, la tarea del contratista entonces pasó a concentrarse ya no en la siembra, fumigación o cosecha, sino en procurar formas de conseguir el combustible necesario para poder atender al campo en el momento más importante del año.
Las dudas respecto al abastecimiento de gasoil amenazan con complicar la cosecha más voluminosa en términos de ingreso de divisas al país en días en los que el Banco Central busca reforzar sus alicaídas reservas internacionales.
Una de las primeras organizaciones en advertir sobre la gravedad de la situación fue la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC). “Tras el incremento de febrero (9,76%), y en un contexto de fuertes tensiones en el mercado internacional, el precio del combustible ha registrado a partir de principios de marzo nuevos y pronunciados aumentos en el costo del gasoil”, señaló la cámara en un comunicado.