Javier Milei cumple un mes como presidente de los argentinos. Su gestión en materia económica fue por lo decir lo menos, intensa, en medio de las urgencias del país.
Con distintos ánimos, la economía atravesó cuatro semanas en las que el golpe más duro para la gente de a pie fue la devaluación del 55%, que más que duplicó la cotización del dólar mayorista (118%), con el consecuente impacto en los bolsillos.
Tras el fogonazo inflacionario, y el intento de deslizar 2% mensual el tipo de cambio, pareció que venía una veranito financiero con el dólar más calmo. En los últimos días, la novedad fue el mercado presiona por un dólar más alto, que en el mercado paralelo ya supera los 1.100 pesos, con una brecha ya camino del 50%.
La inflación comienza a hacerse sentir, el humor social se complica y el mercado avizora que la pérdida de competitividad del tipo de cambio es más rápida de lo que debiera, por lo que considera que se deberá retocar ese precio de la economía próximamente. ¿Habrá margen social para hacerlo? ¿Aguantarán los bolsillos de la clase media?
Luego de apenas 30 días en el poder, cómo se han comportado las principales variables económicas, qué puede pasar en los próximos meses.
Milei asumió con un dólar oficial notablemente atrasado aún tras la devaluación massita de agosto del 2023, y un posterior “crawling peg”, que si bien más acelerado de lo habitual, estuvo bastante por detrás de la disparada inflacionaria. Con la disparada del dólar blue y los financieros en el cambio de gestión, las brechas rondaban el 155%, con un dólar oficial que se mantenía como ancla inflacionaria junto con los acuerdos de precios.
Pero una vez pasado el balotaje, y con la confirmación de Milei presidente, ya poco poder de fuego quedaba en el gobierno saliente, donde el Banco Central hacía agua por todos lados, con reservas negativas por unos US$ 10.000 millones.
Devaluación de shock
Milei, junto a su ministro de Economía, Luis Caputo, aplicaron dos días después de asumir el “sinceramiento” (devaluación) del tipo de cambio mayorista (comercio exterior), que subió de $366 a $800, un 118 por ciento.
Con esto, inicialmente las brechas cambiarias se desplomaron a niveles mínimos y los dólares financieros y el blue se estabilizaron por un par de semanas. De hecho, la brecha con el contado con liquidación llegó a romper el piso del 10%, lo cual no se venía desde fines de 2015, cuando Mauricio Macri salió del cepo cambiario kirchnerista. Pero el “veranito” financiero duró poco.
En las últimas 7 ruedas, ante la incertidumbre política y las tasas reales negativas, las carteras comenzaron nuevamente a dolarizarse, llevando a la brecha cambiaria al nivel actual del 40%.
Los dólares comenzaron un rally alcista en el que cerraron el primer mes de gobierno marcando máximos históricos: $834 el oficial minorista Banco Nación, $1.120 el blue, $1.160 el MEP y $1.193 el contado con liqui (CCL).
Qué puede pasar
A este ritmo, y si se quiesiera mantener el crawling peg (devaluación gradual) en el 2% que el Gobierno está aplicando, las mejoras del tipo de cambio real se están esfumando rápidamente, con una inflación corriendo al 25%/30% en diciembre, y niveles parecidos los próximos 60 días.
Por su parte, el Banco Central, en sus primeras medidas, logró bajar las tasas de interés y fue desactivando la bomba de las leliqs y pases (claro que transfiriendo la deuda al Tesoro). Pero el impacto en los plazos fijos y cuentas remuneradas a tasas reales negativas, generó primero una licuación de pesos gigante, y luego, dejó sin lugar seguro donde resguardarse de la inflación más que el dólar.
El BCRA sumó más de USD 3.500 millones en compras de divisas.
La devaluación tuvo un efecto positivo: el Banco Central pudo volver a comprar reservas de manera constante. Tras la devaluación del 12 de diciembre último, el Gobierno se fue comprador en todas las rondas, lo que generó que pueda acumular más de 3.500 millones de dólares en reservas. Con esto logró afrontar el pago de cupón de los bonos esta semana.
Tras ese pago, y con la reprogramación del pago de las importaciones a través de un nuevo sistema de autorizaciones y con la entrada en acción de los bonos Bopreal -por ahora despertaron escaso interés en el mercado-, las reservas netas desde la asunción de Milei subieron un 10% hasta unos US$ 23.300 millones.
En el futuro cercano, se aguarda por fondos frescos de los desembolsos pendientes del FMI. Esta semana hay una comitiva del organismo multilateral renegociando con el Gobierno el acuerdo que está virtualmente caído. De reflotarse, se liberarían en los próximos 90 días unos 3.500 millones de dólares que harán colchón hasta la cosecha gruesa a mediados de abril, donde los exportadores harán lo suyo. Esperemos alcance.
Sin embargo, este año el Gobierno deberá cancelar mayores compromisos con el Fondo que los desembolsos que recibirá, por lo que es importante tener una balanza comercial superavitaria para recomponer reservas. El fin de la sequía y los dólares de la cosecha, ayudarán con eso.
Entre tanto, los mercados miran atentamente. Con la llegada de un liberal al poder, los inversores se entusiasmaron, y todos los mercados respondieron positivamente. Pero con el comienzo del año y el envío del DNU y el proyecto de Ley al Congreso, se advierten nubarrones en el frente.
Esta semana con la disputa en el Congreso del paquete de reformas que quiere hacer pasar el Gobierno, el dato de inflación que se conocerá este jueves 11 de diciembre y un crawling peg -devaluación administrada- de 2%, del que ya se empieza a desconfiar por dejar atrasado el tipo de cambio, el panorama se está complicando, los mercados se ponen en rojo, y las brechas en los dólares y el Riesgo País aumentan.
El mercado está leyendo que pronto el nivel del dólar oficial volverá a quedar muy poco competitivo y hará falta una nueva devaluación hacia adelante.
El economista Gustavo Ver sostuvo que “la evolución de los activos financieros inicialmente fue muy positiva ante la expectativa que generó entre los inversores, así como también favorecido por el mayor apetito por riesgo global.
Pero recientemente, a partir de un clima externo más cauteloso tras las fuertes subas recientes, los activos domésticos - especialmente los bonos en dólares - se vieron más flojos y condicionados también por los tironeos políticos por la Ley Ómnibus y el DNU así como los serios desafíos económicos a administrar, entre ellos una acelerada inflación y una tasa real muy negativa que terminó despegando a los dólares financieros - y a la brecha" - ante la búsqueda de cobertura.
El Riesgo País también se hizo eco de esa incertidumbre, tras iniciar el mandato en 1896 puntos básicos y arrancar el año en 1904 puntos, en la última semana y tras la caída de bonos aceleró la subida por encima de los dos mil puntos para acomodarse en 2102. Un 11% más que al inicio de mandato.
Sin dudas que las próximas semanas serán desafiante para el incipiente Gobierno de Javier Milei, que tras 30 días presenta un frente de batalla complejo en el Congreso y parece jugar un pleno a pasar el paquete de medidas y el DNU para iniciar la “reconstrucción de Argentina”. En medio, debe controlar que no se le disparen las brechas, que el mercado confíe en su músculo político y que pueda llevar a cabo las modificaciones, sin volver a devaluar y sin que le “explote” la calle. Sin dudas, tarea para un verdadero “mago”.