La pérdida del poder adquisitivo, acentuada por la devaluación de diciembre, llevó a que el primer semestre del año cerrara con una contracción interanual del 5,3% en el consumo.
Tanto empresas como analistas coinciden en que la recuperación del consumo, que representa más del 70% del Producto Bruto Interno (PBI), será un proceso prolongado y sin resultados inmediatos.
La CAC indicó que el ingreso nominal promedio por hogar en junio fue de $1.188.000, lo que representa una caída del 21% en términos de poder adquisitivo comparado con el año anterior.
Este deterioro obligó a las familias a reestructurar sus gastos, recortando principalmente en áreas no esenciales. Esta reducción se ha visto reflejada en una menor compra de indumentaria, recreación, y, de manera más drástica, en los gastos relacionados con vivienda y servicios públicos.
Este retroceso en el consumo ocurrió en un contexto de repunte inflacionario en junio, lo que interrumpió la desaceleración que se había mantenido durante los cinco meses previos.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la inflación de junio fue del 4,6%, superando el 4,2% de mayo, con un incremento interanual del 271,5% y un acumulado del 79,8% en el primer semestre. A pesar de este escenario complicado, el ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó que la inflación de junio fue la más baja del año y que la economía empzó a mostrar señales de recuperación.
El comportamiento del consumo y la actividad económica en Argentina mostró una correlación estrecha, con variaciones interanuales que tienden a seguir patrones similares.
Aunque en mayo el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) registró un crecimiento del 2,3%, rompiendo una racha negativa, el consumo sigue siendo un área de preocupación para el gobierno de Javier Milei.
La consultora Econviews prevé que el consumo será clave para la recuperación económica en los próximos meses, pero advierte que este proceso será lento debido a la persistente inflación y las restricciones económicas vigentes.
Los datos preliminares de julio apuntan a una posible caída en el consumo masivo en supermercados, lo que sugiere que la recuperación salarial aún no se traduce en un impulso significativo para el PBI.