El consumo de vino recupera su andar en los primeros 6 meses de 2024, destacándose como el mejor posicionado entre las bebidas alcohólicas y reflejando que, aunque aún persisten algunos números negativos, hay uno positivo que ilusiona: el crecimiento del 9% de los vinos en botella.
Como todas las bebidas con alcohol, el vino sufrió el impacto de la recesión y la caída del consumo en el último año. Sin embargo, ha estado muy lejos del derrumbe de más del 15% en las ventas en góndola que mostraron bebidas populares como las cervezas y las bebidas blancas.
El último relevamiento realizado por el Observatorio Vitivinícola Argentino, a través de la consultora SCENTIA, que mide los datos a consumidor final de los vinos en góndolas, esto es los tickets que se pagan en hipermercados, supermercados y autoservicios, indicó que aumentó el consumo del vino en botella un 9% en el último semestre, en comparación con el mismo periodo de 2023.
El titular de la entidad, Daniel Rada, explicó que “esta cifra viene a confirmar la recuperación que habíamos detectado en el primer trimestre”. No obstante, evaluó: “Creo que el crecimiento viene de la mano de las promociones que han estado ofreciendo las grandes cadenas”.
Otro dato interesante es que la franja de precios que dominó la recuperación del vino en botella fue la más baja: “Casi el 80% corresponde a compras de vinos que están por debajo de los $5.000 por botella”. Y es que, por debajo de ese precio se encuentran vinos de hasta $4.000.
Otra performance celebrada, aunque negativa, fue la del vino de mesa en envase tetra brik. El relevamiento indicó que en los últimos seis meses su salida en góndola cayó sólo un 1%.
Consumo de vino en tetra
El caso del tetra es un capítulo aparte a la hora de determinar su consumo real porque es un producto muy demandado en los almacenes de barrio y negocios tradicionales de cercanía que no son relevados en esta encuesta, mientras que en los supermercados tienen menos presencia.
El que sí quedó abajo, con una caída del 7% es el espumante, que como ya se sabe, es un producto de consumo más específico y ocasional que el vino y normalmente más caro en la grilla de precios.
En el global, la venta de vinos en góndola anota una caída del 5,8% registrando una diferencia respecto del despacho de vinos que anotó una baja del 4,6%.
Daniel Rada explicó por qué: “El despacho es lo que envían las bodegas hacia los canales de distribución minorista y mayorista, por lo que estos vinos pueden no haber sido vendidos todavía, estar stockeados, y es ahí donde aparece la diferencia”.
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