El riesgo país perforó este lunes la barrera de los 700 puntos básicos, ubicándose en 681, un nivel que no se alcanzaba desde noviembre de 2018. Este descenso refleja el optimismo de los mercados hacia las políticas económicas del gobierno de Javier Milei, quien ha promovido medidas de ajuste fiscal, liberalización cambiaria y reactivación de las relaciones con el FMI.
El motor detrás del descenso
La caída del índice elaborado por JP Morgan se debe principalmente al crecimiento sostenido de los bonos soberanos argentinos en dólares, como el Bonar 2030 (AL30), que en 2024 acumula un alza del 100% y alcanza un máximo de USD 80. Esta suba genera un efecto directo: a medida que los precios de los bonos suben, sus rendimientos bajan, lo que estrecha la brecha de tasas respecto de los bonos del Tesoro de Estados Unidos y reduce el riesgo país.
Entre los factores clave, analistas de Adcap Grupo Financiero destacaron:
- Progreso en las negociaciones con el FMI: Se espera un acuerdo definitivo para febrero de 2024, que incluye financiamiento adicional.
- Flexibilización del cepo cambiario: El gobierno avanza en la dolarización parcial de la economía, lo que ha disminuido significativamente la brecha cambiaria.
- Estabilidad macroeconómica: El superávit fiscal y la desaceleración inflacionaria consolidan la confianza en el programa económico.
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Un regreso al 2018, pero con un enfoque diferente
El actual nivel del riesgo país no se veía desde los tiempos de Mauricio Macri, en noviembre de 2018, cuando Argentina intentaba recuperar la confianza tras una crisis cambiaria. Sin embargo, los analistas remarcan que, a diferencia de aquella época, las medidas actuales están acompañadas por un blanqueo de capitales en curso y un marco político que busca desregular y dinamizar la economía.
Reacción del mercado y desafíos futuros
El optimismo de los inversores también se refleja en un alza promedio del 1,1% en los bonos negociados en el Mercado Abierto Electrónico (MAE). Este repunte refuerza las expectativas de que el país pueda estabilizar su economía y proyectar un crecimiento sostenido.
Sin embargo, los desafíos persisten. Expertos advierten que la sostenibilidad de estas mejoras dependerá de la implementación efectiva de las reformas estructurales anunciadas por el gobierno, así como de la capacidad de sostener un diálogo positivo con el FMI y otros organismos internacionales.