En los últimos días, un malestar generalizado se apoderó del país debido a la escasez de combustibles. Las interminables filas en las Estaciones de Servicio se extendieron durante horas, llevando a algunas personas a pasar la noche dentro de sus autos para asegurar su lugar. Posteriormente, se reveló un incremento en el precio de la nafta, y ahora es el GNC el que experimenta un aumento del 9%. Esta es la segunda subida en menos de un mes, y desde el sector se atribuye a un alza en los costos y los insumos, incluida la energía eléctrica.
Con este ajuste, el costo del GNC, que previamente se situaba en $163,90, ha escalado a $178,90, representando un aumento promedio de $15 pesos.
Aunque el GNC sigue siendo más económico, las Ventas Permanecen Estáticas
A lo largo de la historia, el GNC se ha presentado como una opción más asequible, costando la mitad de un litro de nafta. No obstante, las políticas de precios implementadas en la última década en la industria de combustibles han erosionado la preferencia de la sociedad por el gas vehicular.
Los recientes sondeos realizados en las estaciones de servicio, junto con los datos de la Secretaría de Energía, arrojan que en el Área Metropolitana de Buenos Aires, el precio del GNC varía entre 100 y 145 pesos por metro cúbico, mientras que la nafta súper se mantiene en un promedio de 350 pesos por litro.
En contraste, en las provincias del interior, los valores del gas superan los 200 pesos, en regiones donde la nafta súper ha alcanzado los 400 pesos.
En medio de este escenario, Pedro González, presidente de la Cámara de Expendedores de GNC (CEGNC), compartió sus reflexiones en una entrevista con surtidores.com.ar, abordando la problemática desde diversas perspectivas.
González señaló que, a pesar de la marcada diferencia de precios, el mercado de estaciones de servicio presenta una excepción. Con frecuencia, las bocas de carga en Capital Federal y Gran Buenos Aires optan por mantener tarifas competitivas, lo que a veces las lleva a operar con pérdidas y, en última instancia, a cerrar sus puertas.
González sostiene que, aunque el GNC sea más asequible, la falta de un plan oficial de crédito y la ausencia de un enfoque sostenible por parte del Estado para fomentar las conversiones de vehículos o motivar a las automotrices a ofrecer unidades con GNC, naturalmente limitan el aumento de las ventas. Esto se debe a que el parque automotor se mantendría constante o incluso podría disminuir a medida que los vehículos envejecen.
El ejecutivo concluyó resaltando que, a pesar de las actualizaciones, el precio relativo de las naftas sigue siendo atractivo en comparación con el GNC, lo que lleva a los consumidores a aceptar los pequeños aumentos en los líquidos en lugar de considerar la inversión en gas como una alternativa viable.