Este viernes, el Gobierno nacional, a través del Banco Nación (BNA), comunicó el cierre de la sucursal en Ramos Mejía, partido de La Matanza, como respuesta a lo que describe como una “inaceptable presión fiscal” por parte del municipio. Según la entidad, la suma de las tasas municipales impuestas ha convertido la operación en esa localidad en un costo insostenible, afectando directamente los fondos disponibles para financiamiento y créditos, tanto personales como para empresas.
Daniel Tillard, presidente del Banco Nación, explicó que “la medida responde a la necesidad de proteger los recursos del banco y dirigir el crédito a las familias y empresas sin cargas innecesarias". El BNA ha confirmado que la sucursal dejará de operar antes del 31 de diciembre, y que los clientes de Ramos Mejía podrán seguir gestionando sus productos y servicios en otras sucursales de la provincia o a través de canales digitales.
La carga fiscal detrás de la decisión
La decisión, que ha generado un fuerte impacto en el sector bancario, se fundamenta en los $3.500 millones que el BNA ha tenido que destinar al municipio de La Matanza en concepto de tasas en los primeros ocho meses del año. Esta cifra equivale a la totalidad de la nómina salarial de los 150 empleados del banco en el partido. “Nuestro mandato es multiplicar los créditos y lo estamos haciendo, pero vamos a suprimir los obstáculos que impiden el crecimiento del crédito: las tasas municipales exorbitantes son uno de ellos”, declaró Tillard.
Este caso se suma a conflictos recientes, como la disputa del BNA con la provincia de La Pampa por un incremento en el Impuesto a los Ingresos Brutos, que casi derivó en el cierre de nueve sucursales, aunque finalmente se evitó el desenlace tras la marcha atrás de las autoridades provinciales.
La Bancaria en pie de lucha por los puestos de trabajo
La decisión ha provocado el rechazo de La Bancaria, que calificó la medida de “injusta e innecesaria”, y denunció que la administración está generando un ambiente de incertidumbre para sus empleados. Sergio Palazzo, líder del sindicato, expresó su desacuerdo y anticipó que, de no asegurarse los puestos de trabajo de los empleados afectados, “habrá conflicto”. “Es injusto y perverso poner a los trabajadores en esta situación de angustia sin ninguna consideración por el impacto laboral”, subrayó el sindicato en su comunicado.
Desde el Banco Nación aseguraron que los clientes podrán seguir accediendo a los productos y servicios de manera normal en otras localidades y a través de los canales digitales. La decisión, sin embargo, ha generado gran preocupación entre la comunidad de usuarios de Ramos Mejía, quienes cuentan con esa sucursal como punto de referencia para sus operaciones financieras.
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Con el anuncio de este cierre, el BNA refuerza su postura de rechazo a las tasas municipales “exorbitantes” que impactan en la operación y financiamiento bancario. En tanto, el conflicto con los trabajadores sigue latente, mientras el gobierno asegura que seguirá tomando medidas para proteger el acceso al crédito sin comprometer los recursos del banco.