Comúnmente se lo denominaba "el folklore del fútbol", pero aquello que décadas atrás se tomaba como si fuera una broma hoy es juzgado desde el punto de vista moral y con connotaciones de racismo.
Los cánticos entre hinchadas de fútbol vienen desde décadas atrás y pasaron de citas en tono picaresco a amenazas directas, términos hirientes, expresiones despectivas, frases sexistas, chauvinismo u otras modalidades descalificadoras.
Ahora, para que futbolistas profesionales se sientan horrorizados cuando interpretan que se ataca a un pueblo en su conjunto con estas expresiones tribuneras, ya parece llevar al límite el sentido de una expresión que, en la mayoría de los casos, remite a un hecho lúdico.
Ambas partes, emisores y receptores, deberían entender que en los tiempos actuales se están rompiendo paradigmas, pero -sobre todo en el viejo continente- han naciones que en distintas épocas han sido esclavistas y negreras -Francia, por ejemplo-y ahora juzgan con la vara que les conviene.
A propósito, tampoco se han escuchado ni visto reacciones por el desalojo de medio millar de "sin techo" y otras personas en situación de calle en la autodenominada "Ciudad Luz" y con motivo de ocultarlas mientras duren los juegos olímpicos Paris 2024 desde el 26 de julio hasta el 11 de agosto próximos.
La misma nación gala que - en su momento - se vanagloriaba de que París era "La capital del humanismo" en el mundo.