Un histórico del fútbol mendocino. Las gambetas, los goles, su calidad de persona lo condujeron derecho al cuadro de honor del fútbol doméstico.
El tiempo ha pasado rápido pero los recuerdos perduran indemnes. Gente que habla de él afirman que era un “jugador exquisito”, otros lo definen y rotulan como “un goleador de raza”. Da igual. Mario Martínez, El Panza, dejó su impronta en el fútbol vernáculo.
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Hoy, El Panza, trabaja cómo técnico formativo en el Centro Empleados de Comercio. Antes fue el ayudante de campo de Darío Gianformaggio, su compadre de tantas batallas, con quien encumbró al equipo Mercantil a jugar certámenes federales tras ganar varios títulos de Liga Mendocina.
Eran otros tiempos. Pero la esencia permanece intacta. El afán por trabajar, por dar lo mejor aún se palpa, se lleva en la sangre como el recuerdo de aquellos goles inolvidables convertidos con las camisetas del Centro Deportivo Rivadavia, Gimnasia y Esgrima, Leonardo Murialdo, Huracán Las Heras, Deportivo Maipú, Libertada de Rivadavia, Atlético Argentino, Luján Sport Club, Atlético Palmira, Sportivo Desamparados de San Juan, Magallanes y Deportes Antofagasta de Chile.
“Estamos trabajando como entrenador formativo de las categorías menores (cuarta y quinta) en el Centro Empleados de Comercio y también en un proyecto personal, como Intendente en el Club Banco Nación” dice Mario en el arranque de la charla.
“Mi mejor año tal vez fue cuando jugué en Huracán, Magallanes de Chile y Antofagasta, un club profesional de la segunda división y creo que esos fueron mis mejores años. Después volví y tuve la posibilidad de salir campeón con Palmira que hacía 71 años que no lograba un título. Esos fueron, tal vez, mi mejores momentos”, recordó.
Quien compartió vestuarios con Diego Rivarola, El Macho Alejandro Abba, Ariel Moyano, José Méndez Sousa, El Pampero Sebastián Coria, Ricardo Logiácono, El Pato Lezcano, Silvio Signorelli, Darío Gianformaggio, Pinino Amaya, El Gallego Soto, Rodolfo Palazetti, entre otros, los recuerda con cariño y se muestra agradecido por haber “compartido tantos lindos momentos y por haber aprendido tanto junto a ellos”.
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“En Banco Nación estamos con un emprendimiento interesante. Estamos tratando de recuperar espacios. En lo que más tengo conocimientos es en las canchas de fútbol y las estamos preparando para jugar una liga infantil. En las otras disciplinas también, junto a la Comisión Directiva, estamos tratando de despertar a un monstruo que estaba dormido para recuperar al Club. Vamos bien pero seguimos trabajando con mucho ahínco para seguir remodelando y agrandar la masa societaria del club” explicó.
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“Tras la pandemia vivida ha sido muy difícil levantar al club, pero hay muchas ganas. Laura Bisquert, su Presidente, es una persona muy trabajadora que nos ha dado toda su confianza para trabajar de la mejor manera” dijo el artillero.
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