Apenas terminado el juego entre argentinos y franceses, tras el triunfo galo por 1-0, el volante local Enzo Millot, del Stuttgart de Alemania, provocó a jugadores de la Selección y Nicolás Otamendi reaccionó de inmediato.
Comenzaron los agarrones, las corridas y las amenazas, mientras el DT Javier Mascherano trataba de calmar, pero fue evidente que hubo una provocación y una reacción en cadena.
Thierry Henry, DT de Francia, también intentó tranquilizar.
Lucas Beltrán también discutió de mala manera con Millot: un juez asistente trató de contenerlo. Luego, Gerónimo Rulli, arquero de la Selección, encaró a Millot y le habló, sin agredirlo.
Cuando parecía que volvía la calma, los jugadores corrieron hacia el camino que lleva a los vestuarios: otro episodio ocurrió antes del destino que generó una nueva convulsión.
Millot, tras el match, fue expulsado por el referí Tantashev, señal de que le avisaron que había cometido una agresión.
El mediocampista no podrá jugar en la semifinal, frente a Egipto, verdugo de Paraguay.