El piloto argentino Franco Colapinto ha revolucionado la Fórmula 1 desde su llegada en septiembre, tras la salida de Logan Sargeant del equipo Williams. Aunque lleva apenas tres carreras en la categoría, ya ha dejado su marca, sumando puntos en su segunda participación al finalizar octavo en Azerbaiyán. Su impacto ha sido tal que ya le han dedicado una calle en su honor.
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El homenaje se llevó a cabo en Luján, una ciudad situada al noroeste de la provincia de Buenos Aires, donde un tramo de la calle entre los números 700 y 800 ahora lleva su nombre, muy cerca de la icónica Basílica.
¿Por qué Luján? A pesar de haber nacido en Pilar y haberse trasladado a Europa a una edad temprana, Colapinto inició su trayectoria en el automovilismo en este partido, que se encuentra a solo 30 kilómetros de su ciudad natal.
Si bien hay varios deportistas con calles a su nombre, como Diego Milito en Avellaneda, ídolo de Racing, y Ricardo Bochini, leyenda de Independiente, estos reconocimientos suelen otorgarse a quienes han dejado una huella significativa, ya sea a nivel mundial o en localidades específicas. El caso de Colapinto es sorprendente: representa el regreso de Argentina a la Fórmula 1 tras más de dos décadas, y aunque está al comienzo de su carrera, encarna la esperanza de una nación que ha visto brillar a grandes pilotos como Juan Manuel Fangio, Froilán González y Carlos Reutemann.
No es el único homenajeado; también James Vowles, jefe de la escudería Williams que le brindó la oportunidad a Colapinto en la categoría, ha recibido este reconocimiento.
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