En Brasil, cada año se consumen 2,3 millones de toneladas de pan francés, de lejos la modalidad favorita entre decenas de variedades que usualmente pueden comprarse en cualquier tienda o panadería. El pan francés (tipo mignon, pero más chico que el que se vende cotidianamente en la Argentina) es tan apreciado en Brasil que tiene su “Día del Pan Francés”, una efeméride que se celebra en el mes de marzo. Un pancito francés a la plancha (pão na chapa) con manteca, acompañado de un café humeante, es una de las combinaciones clásicas para una merienda o cena ligera en ese país.
Quienes visitan Brasil podrán constatar que, hasta en las ciudades más chicas, las panaderías suelen hornear varias veces a lo largo del día para ofrecer siempre pan caliente, un lujo accesible en los locales más simples y en los más sofisticados. En los supermercados o autoservicios, cualquier persona (hable o no portugués) puede tomar el pan que quiera del exhibidor y comprarlo sin problemas. Pero, si hay que pedir el pan en un mostrador, mejor usar este “diccionario” para no perderse en la traducción:
Baixada Santista (litoral de San Pablo):média
Brasilia: pão francês
Ceará: carioquinha
Interior de San Pablo (Piracicaba, Ribeirão Preto): filão
Minas Gerais: pão de sal
Pará: careca
Pernambuco: pão francês
Piauí y Manaus: massa grossa
Rio de Janeiro: pão francés o pão de sal
Rio Grande do Sul: cacetinho
Santa Catarina: pão de trigo
São Paulo (capital): pão francês o pãozinho
Sergipe: jacó
Y para quienes la combinación de pan recién horneado y café es irresistible, mejor que tomen nota antes de pedir. Brasil es el mayor productor mundial de café y el segundo mayor consumidor después de Estados Unidos; la infusión es un baluarte histórico, económico y cultural del país, pero cada presentación tiene sus códigos, como se ve a continuación:
Americano o carioca: se trata de café liviano, acuoso, con una concentración de unos 25 a 35 ml de café por cada 20 ml de agua.
Coado (colado): es el tradicional café hervido y servido tras pasar por un colador de tela o filtro de papel. Es suave y aromático.
Com leite: puede ser el café filtrado con leche caliente o elexpresocon leche evaporada, que resulta en más o menos la misma proporción entre los ingredientes. Tradicionalmente, se toma en el desayuno o la merienda.
Doble: café fuerte, con más cuerpo que un expreso.
Expresso: fuerte, de máquina, cada vez más popular por la proliferación de las cafeteras portátiles y de cápsulas. También se conoce como “café curto”, ya que ocupa de 25 a 35 ml de la taza estándar de 50 ml.
Longo: se hace en la máquina de expreso, pero es más aguado.
Media: tradicional en panaderías y bares, es una mezcla de leche con café expreso, más una fina capa de espuma de leche.
Pingado: leche con un toque de café. Muy popular en los bares, panaderías y cervecerías, usualmente servido en vasos largos. La proporción de leche y café es variable según el lugar, por eso, mejor estar atento para obtener la cantidad deseada según el gusto personal.