El médico de Policía Científica Diego Duarte, quien realizó la autopsia al cuerpo de Fernando Báez Sosa en el Hospital de Pinamar, declaró este lunes en el juicio contra loos ocho rugbiers. Allí contó que el joven presentaba "múltiples lesiones en la zona del maxilar derecho", "hemorragia en el cerebro y cerebelo" y "hemorragias y hematomas".
"Nunca vi nada semejante", agregó más tarde, visiblemente conmovido, ante los periodistas que lo esperaban en la puerta de los tribunales cuando salió tras testimoniar.
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Según detalló Duarte a los jueces, la víctima presentaba una "lesión cerebral aguda", que produjo la "muerte instantánea en el paciente". "Las lesiones más importantes están en el cerebro y la cara", explicó, y aseguró que además tenía un "desgarro hepático" y que un informe complementario determinó que existían además otras lesiones en un pulmón.
Agregó que "las partes más afectadas" en el tronco cerebral "son las que albergan las funciones vitales del organismo", y que sufrió "golpes multidireccionales" y "suficientes" como para "dañar el cerebro contra la pared ósea".
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Respecto de la impronta que la víctima presentaba en la cara, en su zona maxilar, precisó que se correspondía con un "golpe directo con muy alta energía", compatible con "una zapatilla".
A pedido de la defensa de los rugbiers, a cargo de Hugo Tomei, el TOC 1 se opuso a la exhibición de fotografías del cuerpo de Fernando tomadas por Duarte en el hospital al que fue llevado previo a la autopsia, por lo que solo se mostraron este mediodía las correspondientes al estudio forense.
Tras su declaración, el forense dijo a los medios fuera del tribunal que Fernando presentaba "lesiones incompatibles con la vida".
Además, expresó con la voz quebrada: "El paciente sufrió daño en todo el sistema nervioso central, tanto cerebro, cerebelo, tronco cerebral, no hay una lesión única, son múltiples...la verdad que es muy fuerte siendo padre...".
Tras un cuarto intermedio de cerca de una hora, el juicio se reanudó después de las 14.15 con el testimonio del policía Ramón Alberto Rueda, miembro de la Subdivisión de Investigaciones de Villa Gesell, quien aseguró que uno de los ocho imputados, presuntamente Máximo Thomsen (23) por su descripción, realizó un gesto con su mano como si amenazara con degollar a alguien mientras un patovica lo expulsaba del boliche "Le Brique".
Por su parte, Javier Laborde, secretario del Ministerio Público Fiscal que realizó la visualización de los videos incorporados en la causa, fue el último testigo de la jornada y detalló durante más de dos horas que al menos cuatro de los acusados (Lucas -23- y Ciro -22- Pertossi, Thomsen y Matías Benicelli -23-) aparecían en la secuencia registrada por una decena de celulares, y por cámaras de seguridad urbanas y de privadas, entre las 4.30 y las 6.
Tal como ocurrió durante la primera semana del juicio, las declaraciones eran presenciadas por los ocho imputados, los cuatro ya mencionados, Enzo Comelli (22), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano Pertossi (21); quienes por primera vez desde el inicio del debate cambiaron sus ubicaciones en los dos bancos que ocupan dentro de la sala de audiencias.