El negocio de la enfermedad fue denunciado en Mendoza como consecuencia de analizar la difícil situación que atraviesan las personas mayores en Argentina y apuntando contra la industria del medicamento en el Primer Workshop de Gerontoprevisión del mundo realizado durante el jueves -31 de octubre- y el viernes -primero de noviembre- en la Ciudad de la provincia Cuyana.
La dura advertencia fue expuesta por Eugenio Semino, Defensor del Pueblo de la Tercera Edad en Argentina, quien fue uno de los especialistas que participaron de la iniciativa en la que participaron especialistas de Latinoamérica y organizada por la IAGG, Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría, la Asociación Gerontológica Argentina, AGA y la Caja de Previsión para Profesionales de la Salud Mendoza.
"Es interesantísimo primero la iniciativa que conjuga dos aspectos que tienen que ver con la seguridad social que es el envejecimiento y la previsión social", destacó sobre el suceso en la que Mendoza dio el punta pie inicial respecto de la disciplina emergente bautizada como gerontoprevisión.
Y añadió: "Esto trata de desentrañar en términos de lo que es la seguridad social. La seguridad social cuando se comenta de la política se la relaciona con la previsión social y esto lleva a resultados equívocos porque hay que analizar cuál es el proceso de envejecimiento, qué va pasar con ese proceso en los futuros años, cómo se va a dar y también hay que tomar en cuenta las estructuras económicas, las formas de producción, esto en Argentina no se está haciendo, por eso saludamos la iniciativa y participamos".
Apuntó que, "el sector, está en una crisis humanitaria. No se respetan sus derechos, ha perdido calidad de vida sino hay algo que los que hacemos asistencia directa, nosotros atendemos entre 200 y 400 casos por día, vemos que la gente, no solo pierde calidad de vida, sino que pierde la vida misma, así que hay que acompañar estas iniciativas, hay que difundirlas".
Un problema cultural
"Si bien la sociedad moderna hoy está asimilando el fenómeno de la longevidad, del envejecimiento, en realidad cuando uno lo plantea y es frecuente, parece que los argentinos fuéramos peor gente que las sociedades de otros países, es decir idiosincráticamente son parecidos a nosotros, es más dependemos de ellos, yo soy profesor en Madrid y en Barcelona hace 30 años y en realidad son sociedades con las que tenemos comportamientos muy similares", explicó.
En tanto, reflexionó: "Ahora, qué pasa, esto se relaciona con el respeto. Primer dato, los defensores argentinos tiene una mirada muy vieja, muy primitiva, una persona de 65 años hoy la biología le ofrece 25 años más de vida activa, ahora, para que esa sociedad lo asimile hablando supuestamente de la producción, como acá se lo plantea, lo que hay que hacer es ver cómo vieron los nórdicos a fines de los 80, países que no tenían seguridad social y hoy son los países que encabezan el índice medio de la seguridad social en términos de sustantividad como Finlandia y Noruega".
"Argentina, hizo un camino regresivo. A qué refiero, vivimos en una sociedad de consumo, una economía de mercado, por lo cual qué se vio cuando empezaron a envejecer las pirámides, que esa persona a partir de su jubilación disponía de tiempo, se podía convertir en un fenomenal reproductor de riquezas y que para esto era necesario dos situaciones que lo potenciaron, ponerle salud en el cuerpo y plata en el bolsillo", dijo.
Comparó que, "si ves el 2002, con la conversión de las monedas al euro, la hicieron las personas mayores, viajando, consumiendo, comprando, lo sigue haciendo el día de hoy. En los mismo periodos acá empezó a ser una gran carga social, empezó a ser un enfermo por falta de actividad por la ansiedad que le genera la pérdida de roles a partir de la jubilación y por los haberes de miseria que cobran".
Negocio de la enfermedad
"Aunque parezca mentira esa persona que se enferma termina siendo un buen negocio para la industria del medicamento. La industria del medicamento es un nombre de fantasía de las tres cámaras que se fusionaron a través de contrato de PAMI en junio del 97, manejan ese mercado y se financian las campañas electorales presidenciales en Argentina. Por lo cual no es negocio la salud sino la enfermedad", advirtió.
Argumentó que, "cuando uno habla de salud en Argentina, referimos a los medicamentos, y en realidad los medicamentos son indispensables y necesarios cuando existe la enfermedad, la enfermedad es un periodo de internación de nuestra salud. Cuando uno habla de salud tiene que empezar a hablar de agua potable, de cloacas".
"Tenemos 5 millones de jubilados y pensionados con un haber mínimo que va a ser a partir de noviembre de 320 mil pesos. La canasta del jubilado está en 912 mil es decir no cubre ni un tercio su canasta de necesidad. Tenemos un millón más que son las llamadas submínima, y ahí tenes pensiones no contributivas para personas con discapacidad que van a estar en 250 mil, lo mismo la PUAM. Ahí ya tenes 6 millones que están por ingreso bajo la línea de pobreza", concluyó.