Durante el segundo día de alegatos en el megajuicio contra Walter Bento, la Fiscalía Federal continuó con la exposición de su teoría sobre el funcionamiento de la presunta red criminal que, según la acusación, se dedicaba a cobrar coimas en Mendoza. Esta estructura habría operado bajo el liderazgo del exjuez, quien está siendo juzgado por delitos de corrupción.
Después de que la fiscal María Gloria André intentara refutar los argumentos de la defensa el día anterior, en esta nueva instancia centró su presentación en explicar cómo habría sido la dinámica de trabajo dentro de la organización. "Se trataba de causas con fuerte contenido económico, principalmente vinculadas al contrabando, donde circulaban importantes sumas de dinero", aseguró.
A partir de ahí, la fiscal describió la función de cada uno de los diez presuntos integrantes de la red, que habría comenzado a operar desde el año 2008. Para respaldar su teoría, utilizó los testimonios incluidos en la causa, tanto de testigos protegidos como de imputados arrepentidos.
Según explicó, aunque cada miembro tenía un rol, la organización no funcionaba de manera rígida. "Interactuaban entre sí de forma dinámica, por eso el análisis debe hacerse teniendo en cuenta la conexión entre todos", sostuvo la fiscal frente al tribunal.
El rol central de Bento
En los alegatos, la fiscal presentó un organigrama donde ubicó a Walter Bento como el jefe de la banda. Argumentó que era el único con poder para beneficiar judicialmente a los detenidos y que decidía qué tipo de ayuda recibirían quienes pagaban.
Debajo suyo, aparecía Diego Aliaga, asesinado en 2020, quien habría sido el vínculo con el resto del grupo. Según la acusación, Aliaga era informante policial y uno de los que iniciaba las causas para luego ofrecer acuerdos a cambio de dinero. También habría dado órdenes al resto y participado en los acercamientos a las personas involucradas.
En un tercer nivel, estarían los abogados Luciano Ortego y Jaime Alba, quienes habrían cumplido tareas de coordinación dentro de la organización. En el último escalón figuran los miembros con participación ocasional, entre ellos los abogados Matías Aramayo y Martín Ríos ambos arrepentidos, además de Javier Angeletti, Francisco “Chato” Álvarez, el comisario José Moschetti, y el narcotraficante Walter Bardinella Donoso.