El delantero rosarino Ángel Correa, que se sumará de urgencia a la Selección argentina en el Mundial de Qatar en reemplazo del lesionado Nicolás González, tuvo su debut con la camiseta albiceleste en 2015 de la mano del DT Gerardo Martino y lleva 22 encuentros oficiales con tres tantos.
“Tengo una una tristeza enorme. Tenía la ilusión de poder participar. Fue un golpe muy duro”, dijo hace apenas unos días Correa, al llegar a Argentina, luego de quedar afuera del listado inicial de 26 convocados por el DT Lionel Scaloni.
“Les deseo lo mejor a los chicos y a todo el cuerpo técnico, que sin dudas van a dar la vida para representar al país de la mejor manera. Vamos a estar alentando hasta el final de cada partido”, agregó entonces el atacante de Atlético de Madrid (España).
En aquellos días su esposa, Sabrina Di Marzio, escribió un extenso mensaje en sus redes sociales para apoyarlo:
“Jamás dudes la carrera que elegiste, nunca jamás te cuestiones de lo que sos y no sos capaz, y mucho menos dejes que las decisiones de otras personas influyan en tu estado de ánimo y en que te hagan pensar si sos o no sos capaz de cumplir algún objetivo”, publicó junto a una foto familiar.
“Vivo con vos y veo el trabajo diario que hacés y, siéndote sincera, no creo que nadie lo haga. Esa constancia para entrenar, para hacer 'fisio' 5 de 7 días. Para alimentarte como debés, para no salir a restaurantes y comer en casa", añadió.
"Sos una persona súper responsable, razonable y con muchísima cabeza. Siempre vamos a estar acá para vos, en las buenas en las malas y en las que toque. Siempre te vamos a acompañar acá o en donde sea. Para nosotras sos imprescindible”, cerró el mensaje, en el que también se veía una foto junto a sus hijas, Lola y Luz.
Su nueva convocatoria, en reemplazo del lesionado González, fue celebrada por San Lorenzo que desde su cuenta oficial de Twitter escribió: "¡Viste que el fútbol SIEMPRE da revancha! Y claro, Ángel, ¡esa gambeta no podía faltar! Correa al Mundial Y todo Boedo lo celebra...".
El delantero surgió justamente del club de Boedo y, cuando pasó a Atlético de Madrid en 2014, en el examen medico le detectaron un quiste en un ventrículo: la afección cardíaca frenó la transferencia. Correa debió entonces someterse a más estudios médicos hasta que fue operado en Nueva York, Estados Unidos, y luego de seis meses pudo volver a pisar una cancha de fútbol.
"Angelito" siempre recordó que se convirtió en sostén de su familia cuando tenía apenas 10 años y se ganaba unos pesos jugando a la pelota. “Cuando falleció mi padre yo llevaba el dinero a casa. El ingreso que tenía por jugar al fútbol era lo único que llegaba a mi casa para poder comer mis hermanos, mi mamá o yo”.
“Tenía un representante que me daba un sueldo y yo se lo daba a mi madre, que lo manejaba. Me daban una ayuda para mi familia y eso me ponía contento”, relató el rosarino. De la tristeza de hace unos días a esta revancha, aunque sea la consecuencia de la lesión de un compañero.