La ex presidenta Cristina Fernández, cuestionó hoy el rumbo económico del presidente Javier Milei, al defender la aplicación del “cepo cambiario” por considerar el carácter “bimonetario” de la Argentina donde los ciudadanos eligen el dólar como moneda de ahorro.
En un extenso documento presentado hoy en redes sociales, Fernández eligió parafrasear una cita icónica del ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, quien en la campaña de 1992 contra George Bush lanzó “Es la economía, estúpido” y la adaptó a la situación de la Argentina: “Es la economía bimonetaria, estúpido”, lanzó.
El texto comienza con la cita de unas palabras de John Adams, ex presidente de los Estados Unidos: “Hay dos formas de conquistar y esclavizar a una nación. Una es la espada, la otra es la deuda”. A partir de ese concepto, la ex mandataria señala la falta de dólares como el problema principal que afecta la economía del país y señala las contradicciones entre las promesas que el actual Jefe de Estado realizó durante la campaña electoral y las medidas que finalmente implementó:
“Una vez más y como siempre, la realidad se impone sobre las teorías extravagantes, los discursos incendiarios y las frases marketineras”.
La carta de Cristina Fernández
En una carta pública, Cristina Fernández de Kirchner sorprendió con una autocrítica sobre los errores que, según ella, ha cometido el peronismo en las últimas décadas. Sus palabras abarcan una amplia gama de temas que tocan la esencia del movimiento, desde la representatividad sindical hasta el déficit fiscal y el rol del empleo público. La misiva de Cristina busca reordenar el rumbo del peronismo y ofrecer una propuesta para enfrentar los desafíos actuales del país.
Definiciones dixit de Cristina Kirchner sobre el peronismo:
“No advirtió la modificación de las relaciones laborales”.
“No construyó una nueva estatalidad más vinculada a la comunidad y su organización a través da la participación de sus diferentes estamentos”.
“No impulso la reversión del déficit fiscal a través de la reducción del gasto tributario existente por eximiciones, exenciones o promociones a sectores concentrados de la economía”.
“No planteó una revisión y reforma profunda de la educación pública”.
“No pudo superar el consignismo de la desigualdad social por un lado y el gatillo fácil por el otro para abordar un plan de seguridad de carácter integral”.
“Es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume”.
“No reparó en las profundas modificaciones surgidas en el campo de la comunicación social por el avance de la tecnología”.
“Hay que poder enderezar las experiencias y ordenar las nuevas demandas para poder alinear pensamiento, palabra y acción: una trilogía indispensable a la hora de formular propuesta y estrategia que permitan organizar una fuerza política que vuelva a representar mayoritariamente, para pasar de ser oposición a alternativa de gobierno”.
La crisis de representatividad sindical
Uno de los puntos centrales de la autocrítica de Fernández de Kirchner es la observación sobre el rol de los sindicatos. Según la ex mandataria, "las representaciones sindicales características del siglo XX y fundantes del peronismo ya no son la expresión mayoritaria de los trabajadores".
Con esta afirmación, Cristina señala que el panorama laboral ha cambiado drásticamente, y que los trabajadores registrados en la actividad privada representan una minoría dentro de la población económicamente activa. Además, solo el 40% de estos trabajadores están sindicalizados, lo que debilita la influencia de los sindicatos en la actualidad.
Para Fernández de Kirchner, este fenómeno evidencia la necesidad de que el peronismo revise su relación con los sindicatos y adapte sus políticas a una nueva realidad laboral, donde el sector formal ya no es el único ni el más representativo. Esto implica reconocer que las antiguas estructuras sindicales ya no son suficientes para defender a los trabajadores, en un contexto donde el empleo informal y las nuevas formas de contratación laboral proliferan.