La sorpresiva detención del senador peronista Edgardo Kueider en Paraguay encendió alarmas en el Senado argentino y dejó a la política nacional en estado de shock. El legislador, conocido por su apoyo al Gobierno desde la aprobación de la Ley Bases, fue arrestado por autoridades aduaneras en circunstancias aún poco claras, generando un torbellino de especulaciones.
El impacto fue inmediato en la Cámara alta. Desde despachos legislativos hasta las oficinas de la vicepresidente Victoria Villarruel, la noticia se recibió con incredulidad. “Es una mala noticia para el Senado”, comentó con resignación un alto funcionario, mientras los teléfonos no paraban de sonar con consultas y reacciones. Villarruel, cautelosa, pidió informes a la Dirección de Asuntos Jurídicos, aunque hasta el momento no se había recibido ninguna comunicación oficial desde Paraguay.
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En el oficialismo, la conmoción dio paso al cálculo político. Mientras sectores aliados de Kueider en el interbloque Las Provincias Unidas guardaban silencio, en Unión por la Patria no disimularon cierto regodeo ante la situación. “Tremendo”, fue la reacción de un senador kirchnerista, crítico de Kueider desde que abandonó el bloque oficialista en 2023, contribuyendo al debilitamiento de la conducción de Cristina Kirchner en la Cámara.
La figura de Kueider, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, adquiere un tono irónico en esta crisis. De ser necesario un pedido de desafuero o expulsión, su comisión sería la encargada de tratarlo, una paradoja que no pasa desapercibida entre sus detractores.
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La conexión entre Kueider y el Gobierno actual ha sido objeto de análisis. Junto al senador correntino Carlos Mauricio Espínola, el entrerriano se consolidó como un aliado clave durante el debate de la Ley Bases. Su puente con la administración de Javier Milei fue el asesor presidencial Santiago Caputo, con quien comparte estrategias en el interbloque Las Provincias Unidas.
Mientras el Senado espera más detalles sobre los motivos de la detención, el escándalo ya amenaza con alterar el equilibrio político. La detención de Kueider no solo sacude a la Cámara alta, sino que pone a prueba los límites de la alianza entre el oficialismo y sectores peronistas disidentes. La incertidumbre sobre el futuro del senador entrerriano deja al Senado en vilo, mientras la política argentina lidia con un nuevo episodio de tensión y controversia.