Este martes, el Gobierno denunció lo que calificó como un manejo "irresponsable y excesivo" de fondos en la empresa estatal AySA durante la gestión de Malena Galmarini. Según el vocero presidencial, Manuel Adorni, los gastos superaron los 4.800 millones de dólares, y gran parte de esos recursos se habrían destinado a financiar la campaña presidencial del excandidato Sergio Massa, en lugar de mejorar la infraestructura y los servicios públicos de agua y saneamiento.
Adorni fue contundente en su denuncia: "Lejos de brindar un servicio de calidad, AySA se convirtió en una plataforma de campaña para los funcionarios de turno", declaró en la habitual conferencia de prensa. Entre los gastos más polémicos, mencionó la adquisición de un edificio en la calle Tucumán por 31.600.000 dólares, seguido de reparaciones por un valor de 9.600.000 dólares, obras que, según el Gobierno, nunca fueron finalizadas. "Lo más irónico es que ese edificio estaba destinado a tener pisos exclusivos para el presidente de AySA", agregó el vocero.
Compra inflada de vehículos y uso indebido de recursos
Una de las revelaciones más impactantes fue la compra de 613 camionetas Renault Kangoo por un valor total de 25.700.000 dólares en septiembre de 2023, lo que se traduce en 42.000 dólares por cada vehículo, una cifra que triplicaba su valor real. Además, Adorni destacó que la empresa disponía de más de 2.200 vehículos asignados a personal que no tenía relación con tareas operativas, lo que incrementó innecesariamente los costos.
Asimismo, denunció que el área de comunicación de AySA destinaba recursos públicos a promocionar dirigentes políticos del Frente Renovador. Este desvío de fondos fue calificado por Adorni como parte de "la Argentina del pasado, donde la política se servía del dinero de los contribuyentes en lugar de servir a los propios contribuyentes".
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Inversiones direccionadas y eventos cuestionados
Uno de los puntos más polémicos fue el direccionamiento de recursos hacia los distritos de Tigre y Malvinas Argentinas, que concentraron el 25% del total de las obras financiadas por AySA, lo que equivale a más de 200 millones de dólares. Estas obras, según Adorni, fueron una clara estrategia política para favorecer los intereses de Sergio Massa, exintendente de Tigre, y su círculo cercano.
El funcionario también denunció que AySA financió eventos deportivos y sociales, como el triatlón Ironman y el torneo de tenis ATP Challenger de Tigre, además de los carnavales en San Fernando. En estos eventos, camiones cisterna y personal de la empresa habrían sido desviados de sus funciones para colaborar con los festejos.
Reparto de agua en zonas no cubiertas y otros gastos superfluos
Otra de las denuncias clave fue el reparto de agua en bidones en zonas fuera del área de servicio de AySA, como Tigre. Según Adorni, los camiones cisterna fueron utilizados para repartir agua en barrios que no estaban conectados al sistema de AySA, en lo que calificó como un "favor político". Este servicio, que costó al menos 6,8 millones de dólares, fue descontinuado por la actual gestión.
En cuanto a los inmuebles de la empresa, Adorni detalló que, a pesar de contar con propiedades propias en la zona de concesión, AySA alquilaba oficinas comerciales, lo que representaba un gasto anual de más de 680 mil dólares. Según la nueva administración, ya se rescindieron 10 de estos contratos de alquiler, y se espera terminar con el resto en los próximos meses.
Reacciones y el futuro de AySA
Con el ingeniero Alejo Maxit al frente de la empresa, AySA se encuentra en un proceso de revisión y auditoría interna para desactivar lo que el Gobierno considera un "festival de gastos innecesarios" que marcó la gestión anterior. La denuncia no solo afecta a la imagen de la exdirectora Malena Galmarini, sino también al Frente Renovador, el partido liderado por Sergio Massa, cuyo nombre aparece vinculado en repetidas ocasiones a las decisiones más controvertidas de la gestión anterior en AySA.