La decisión del presidente Alberto Fernández de designar al frente del Ministerio de Trabajo a Raquel Cecilia Kismer, conocida como “Kelly” Olmos, -histórica militante del Partido Justicialista porteño-, generó malestar en la Confederación General del Trabajo (CGT) que, desde que se conoció la renuncia de Claudio Moroni, pujaba por sentar en ese cargo a un sindicalista de su riñón.
Olmos fue una de las tres ministras nombradas por Alberto Fernández para reemplazar a los funcionarios salientes en medio de una nueva crisis de la coalición de gobierno. Victoria Tolosa Paz quedará a cargo de Desarrollo Social, que dejó vacante Juan Zabaleta, y la puntana Ayelén Mazzina estará en el Ministerio de las Mujeres en lugar de Elizabeth Gómez Alcorta.
Cerca del Presidente confían en que las tres puedan encarar los fuertes desafíos de contener los reclamos de las organizaciones sociales en un contexto en que se busca reducir el gasto; preservar el cuidado de las mujeres y manejar el vínculo con los gremios.
Pese a la crisis económica y la inflación galopante, el Gobierno logró impedir la convocatoria a un paro nacional gracias a la relación que tiene Alberto Fernández con algunos de los integrantes de la cúpula de la CGT. Por eso, los reclamos gremiales que se salen de caja suelen estar encabezados por sindicatos liderados por la izquierda.
Pero ese vínculo entre el Gobierno y la central obrera se viene debilitando y la designación de Olmos podría provocar un punto de quiebre. En la CGT se quejan de no haber sido consultados sobre los nombres que había en danza. De hecho, hasta especulaban con negociar el reemplazante de Moroni.
Sin embargo, Alberto Fernández tomó la decisión junto a su círculo de confianza y no consultó ni con la vicepresidenta Cristina Kirchner ni con el ministro de Economía, Sergio Massa. Cuestionado por la promesa incumplida de tender a la paridad, terminó definiendo que tres mujeres se harán cargo de los ministerios vacantes.
En el entorno del Presidente querían a un funcionario con experiencia en el tema, que pueda capitanear la tormenta, por eso se llegó a barajar el regreso de Carlos Tomada.
El reclamo de los dirigentes gremiales estuvo centrado en la reapertura de paritarias y que las negociaciones sean libres. El Presidenta busca mantener la paz social.
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