Redacción Jornada
Durante la entrevista con el conductor mileista Alejandro Fantino, en su radio Neura, el presidente lanzó descalificaciones personales contra profesionales de distintos medios, en general sin dar sus nombres pero sí con alusiones bastante explícitas.
Milei apuntó en un tramo del diálogo a un diario, cuyo dueño identificó como "Tinturelli" y que, a su juicio, "está camino a la quiebra". Y lo festejó: "¡Qué bueno! Ya quebró una vez y lo salvó un empresario, después lo salvó la política y ahora, como no tiene pauta, va a la quiebra".
Fantino no le preguntó a quién se refería. Unas horas después la comisión interna de la editorial Perfil publicó un mensaje en el que asumía que la referencia era a ese medio: "Todo sería un poquito más gracioso si no hubiera 630 trabajadores en el medio de esta amenaza presidencial¨. Jorge Fontevecchia contestó con firmeza: "Con nosotros no pudo la dictadura, el menemismo ni el kirchnerismo, tampoco va a poder usted, presidente"
En un tramo de la entrevista apuntó contra un autor, al que tampoco puso nombre, pero identificó como un "novelista" que escribe columnas y que lo ha señalado en sus textos como un "populista de derecha".
"Hay algunos imbéciles que hablan de populismo de derecha. Es una de las formas estúpidas de cortos intelectuales, que además se creen que son grandes porque publican libros y notas muy pomposas, y son bestias", dijo. Esta presión era para el columnista del diario La Nación Jorge Fernández Díaz. Milei pareció refutar artículos de fondo de Fernández Díaz en los que se refirió al gurú libertario Murray Rothbard, autor de "Populismo de derecha" ("Right-Wing Populism: A Strategy for the Paleo Movement").
Dijo Milei: "En Estados Unidos, el liberal no es un liberal, es un socialdemócrata. Lo que nosotros llamamos liberales ellos le dicen conservadores. Por eso nosotros usamos el término libertario. Cuando Rothbard hace referencia a esto como populismo de derecha, por decirlo de alguna manera, no es populismo, sino hacer a los liberales populares. Es ser popular, no populista. Ni siquiera saben traducir bien. Son tan brutos que hasta traducen literal. Quiero con esto que el novelista este aprenda algo. Porque escribe cada pelotudez".
También descalificó a la periodista Romina Manguel, a quien tampoco mencionó por su nombre. Lo hizo ante una consulta sobre la frase arcaica del diputado oficialista Alberto "Bertie" Benegas-Lynch acerca de la obligatoriedad de la educación que despertó polémica durante el fin de semana. Había sido en una conversación con Manguel en FM Milenium.
"Fue una frase desafortunada, pero además sacada de contexto por una periodista que juega en contra sistemáticamente, que vive hablando pestes", dijo el presidente. "A esa periodista no le tiene ni que pesar el estudio porque lo que quiere es destruir este espacio. Es un error de Bertie haber ido a ese lugar. Los periodistas juegan. Hay un montón que juegan para destruir y por eso no tenés que ir a darles notas a esos tipos. No les interesa saber cómo pensás o tener una mejor visión de cómo funciona el mundo. Les interesa ver qué definición te sacan para hacer daño".
En otro tramo habló sobre Víctor Hugo Morales, a quien elogió como relator de fútbol ("es el mejor"), pero lo consideró "un tipo literalmente despreciable". Lo mencionó como "Víctor Humo". Sin embargo, lo trajo a colación para atribuirle una expresión que le había parecido "genial".
Hay que recordar que el sábado en una conferencia que dio en el Paseo La Plaza, Milei había apuntado contra Morales Solá. "El círculo rojo siguió subestimándonos, diciendo que éramos un error, que solo representamos a gente enojada. Ellos no pueden cambiar el modelo y siguen enojados con eso. En algunos periodistas se nota de manera grosera. Creo que el caso más violento y más agresivo de todos es el de Morales Solá, profundamente ofuscado en un programa diciendo: ‘Milei tiene que entender que los periodistas somos el nexo con la sociedad, no puede estar hablando por Twitter con la sociedad’. El periodismo es muy violento, agrede mucho y cuando uno le contesta se victimiza y llora censura. Los entiendo porque son parte del círculo rojo que perdió. Y como no entienden, agreden".
Esta nueva agresión del jefe de estado obligó a una réplica de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) advirtiendo que las “descalificaciones presidenciales injuriantes” a medios de comunicación y periodistas pueden generar un “clima de hostilidad e intimidación de la labor periodística”.
“Todo funcionario tiene derecho a disentir, desmentir, replicar y criticar una información u opinión publicadas. Incluso el funcionario puede sentirse agraviado y tiene derecho a defenderse. Pero debe hacerlo honrando su responsabilidad institucional”, sostuvo ADEPA.
La entidad agregó: “Reemplazar esa actitud, aun firme y vehemente, por la argumentación descalificante, el ataque ad hominem, la injuria o la generalización estigmatizante de la profesión, genera un clima de hostilidad e intimidación de la labor periodística en sí”.
“Esto puede provocar efectos nocivos, como la autocensura y el acoso digital, que incluso podría traducirse en violencia de otro tipo”, remarcó ADEPA, en un documento que tituló: “Un debate libre y vibrante no necesita la descalificación”.
En el mismo comunicado, ADEPA sostuvo que “no es una buena noticia para las democracias el desafío económico que vive la industria periodística en todo el mundo, a raíz, entre otras cosas, de los abusos de los gigantes tecnológicos en el mercado publicitario y de distribución de contenidos”.
“Por eso, el mundo capitalista y desarrollado está preocupado por la sustentabilidad del periodismo para la salud del debate democrático, como acaba de señalar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). No es nada feliz que se celebren los problemas de la industria o de una empresa periodística en un momento en el que la democracia necesita como nunca del periodismo para mostrar los hechos relevantes, auditar el ejercicio del poder y favorecer una discusión informada de la ciudadanía, que trascienda los eslóganes, la viralización y las cámaras de eco”.
En la misma línea, la entidad afirmó: “Como decía nuestro reciente informe, «no se trata de una función autoasignada, sino del lugar que nuestros constituyentes de 1853/60, como los de toda democracia desarrollada, le asignaron. No se tuteló con esto un privilegio, sino el derecho de la ciudadanía a recibir la información que le permite conocer cómo se administran sus intereses”.
ADEPA concluyó el comunicado con una frase elocuente: “La hora demanda discusiones elevadas, firmes y aún vehementes, no argumentar descalificando e insultando”.