El Presidente, Javier Milei experimentó un contundente revés político cuyas consecuencias aún están por determinarse. El bloque oficialista se vio obligado a suspender el debate sobre la ley ómnibus y remitirla nuevamente a comisión, ante la certeza de que perdería la votación relacionada con la privatización.
La instrucción de retirar la ley provino del asesor Santiago Caputo, quien durante el receso convocado debido a la inminente derrota, instó a los líderes de los bloques aliados a dar ese paso.
La decisión se conoció luego de un cuarto intermedio para alinear posiciones con el resto de los bloques, antes del inicio de la votación del artículo 7 del proyecto, que contempla las privatizaciones de 27 empresas públicas. La decisión tuvo como objetivo central no perder más artículos que, según explicaron fuentes al tanto de la negociación a Noticias Argentinas, son de gran importancia para el Ejecutivo.
La decisión coloca al Congreso en una situación sin precedentes y al Gobierno en una vergüenza histórica: la amplia ley fue aprobada en términos generales, pero al llegar al voto por secciones, fue retirada del recinto y devuelta a comisión. Los diputados no recordaban haber enfrentado una situación similar antes.
Antes de entrar en receso, fue el diputado Miguel Pichetto quien advirtió sobre la inminente derrota, solicitando a Menem "flexibilidad" para convocar un receso que evitara el bochorno. "Les gusta seguir perdiendo, intenten considerar algunas propuestas y ganar, tenemos que ganar, no perder".
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