“¿Saben dónde está el asesino de Nora Dalmasso? En el cinto de la bata”, declaró el fiscal Julio Rivero durante el juicio de 2022 que absolvió a Marcelo Macarrón, el viudo de la víctima. Sus palabras, que en ese entonces parecían una simple hipótesis, cobraron peso tras la reciente identificación de un perfil genético en la prueba clave: el cinturón utilizado como arma homicida. Este avance, producto de años de investigación y colaboración internacional, abre un nuevo capítulo en el caso que marcó a una ciudad entera.
Un duelo postergado por 18 años
Marcelo Macarrón, visiblemente emocionado, expresó su alivio tras los recientes avances en la causa. “Estoy muy emocionado y contento de que podamos como familia saber la verdad después de un gran sufrimiento y persecución judicial”, dijo en diálogo con la prensa. “Después de dieciocho años, que no es poco”, reafirmó, dejando entrever el peso de casi dos décadas marcadas por sospechas y señalamientos injustos.
Para Macarrón, la absolución en 2022 fue el primer paso hacia la verdad. Durante años, la hipótesis de un crimen por encargo lo mantuvo en el centro de la controversia, retrasando su duelo por la pérdida de su esposa. “Hoy podemos mirar hacia adelante y confiar en que la justicia está más cerca de cerrar este doloroso capítulo”, añadió en sus declaraciones.
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El cinto y las huellas del asesino
Fue en el cinto utilizado como arma homicida donde los investigadores encontraron tres perfiles genéticos: el de la víctima, el de Macarrón y uno desconocido. Este último perfil, aislado tras un trabajo minucioso con la colaboración de un laboratorio asociado al FBI, es el que ahora se presume pertenece al asesino.
“En el debate se reveló que en el cinto había tres rastros genéticos. Gracias al trabajo de cotejo, pudimos aislar y separar el perfil de Macarrón del otro desconocido”, explicó el fiscal Pablo Jávega, quien destacó que las muestras originales habían sido conservadas durante estos años por el mismo especialista norteamericano que colaboró en la causa en sus inicios.
En los últimos meses, también se analizaron 44 nuevas muestras de ADN, un esfuerzo que permitió avanzar en la identificación del sospechoso. La prueba también derribó la hipótesis de un crimen premeditado, ya que los forenses concluyeron que “fue algo del momento”. “El asesino no había llevado nada para matarla, usó lo que tenía a mano”, declararon los especialistas Martín Subirach y Mario Vignolo.
Testimonios y vida cotidiana
El avance en el caso también fue posible gracias a un barrido exhaustivo de testimonios. “No solo a la familia, también fueron citados a declarar el personal doméstico y de mantenimiento, todas las personas con las que podíamos consultar cuestiones asociadas a los hábitos de la casa y la cotidianeidad”, explicó el fiscal Jávega.
Con estas pruebas, la investigación parece estar más cerca que nunca de desentrañar el misterio que rodea el asesinato de Nora Dalmasso. Para Marcelo Macarrón, este avance representa más que una revelación científica: es un paso hacia la reivindicación personal y familiar. “Espero que esto sirva para demostrar que siempre dije la verdad”, concluyó.