Familiares y amigos de Lucas Aguilar, un repartidor de 20 años que fue asesinado recientemente, se congregaron frente a la sede municipal de Moreno en reclamo de justicia y mayor seguridad. Durante la manifestación, los asistentes arrojaron piedras a patrulleros, intentaron incendiar algunos vehículos y quemaron neumáticos frente al edificio comunal.
La situación se tornó violenta, y las fuerzas de seguridad intervinieron para dispersar a los manifestantes. Tanto agentes uniformados como de civil emplearon balas de goma para controlar los disturbios. Según las autoridades, varios participantes de la protesta fueron detenidos.
“Se produjeron arrestos luego de que la protesta escalara en violencia, con agresiones directas hacia el personal policial y daños materiales”, detalló Ismael Castro, Secretario de Seguridad de Moreno. Además, el funcionario hizo hincapié en el clima de creciente violencia: “Estamos viviendo una ola de conflictos interpersonales que antes no desembocaban en homicidios. Hoy, lamentablemente, estas disputas terminan en tragedias”.
Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes se intensificaron cerca del mediodía, cuando algunos de los protestantes comenzaron a arrojar piedras. Alrededor de las 14:00, las fuerzas de seguridad detuvieron a tres personas, entre ellas un amigo de la víctima, que se encontraban frente al edificio municipal. Fuentes del municipio confirmaron que el número total de detenidos asciende a 15.
El caso de Lucas Aguilar: un asesinato que conmociona
Lucas Aguilar, de 20 años, fue asesinado el jueves en el partido de Moreno mientras intentaba defender a un vendedor ambulante que estaba siendo atacado por un hombre armado con un cuchillo.
Pocas horas antes de su muerte, el joven había participado en una entrevista televisiva donde expresó su preocupación por la inseguridad de la zona, describiéndola como “tierra de nadie”. Su declaración, que buscaba alertar sobre la situación, se convirtió en un trágico preludio de lo que sería su asesinato.
Posteriormente, las autoridades detuvieron a Luis Benítez, de 38 años, como principal sospechoso del crimen. Benítez, quien fue capturado con el rostro cubierto de sangre, tiene antecedentes penales relacionados con robos.
El caso está a cargo del fiscal Federico Soñora, perteneciente a la UFI 4 de Moreno, quien caratuló el hecho como “homicidio agravado en concurso real con tentativa de homicidio simple”. En las próximas horas, se espera que Benítez sea indagado mientras avanza la investigación.
El asesinato de Lucas Aguilar no solo sacudió a su círculo cercano, sino que se convirtió en un símbolo de la creciente preocupación por la inseguridad en Moreno. Los disturbios frente a la municipalidad reflejan el enojo y la desesperación de los vecinos, quienes piden respuestas concretas ante una ola de violencia que parece no tener fin. Mientras tanto, las autoridades intentan contener las tensiones, con el desafío de dar justicia en un clima social cada vez más tenso.
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