Tras cuatro jornadas donde se expusieron pruebas a cargo de la fiscal María Gloria André donde afirma que Diego Aliaga fue víctima de un secuestro que finalmente culminó en su muerte, la Fiscalía solicitó al Tribunal que imponga condenas de prisión perpetua a cuatro de los cinco sospechosos, la única pena prevista para este tipo de delito. En lo que respecto al último acusado, se propuso una pena de 25 años de prisión, considerando un beneficio en virtud de la Ley del Arrepentido.
Diego Barrera, Bibiana Sacolle (su esposa) y los hijos de ésta, Lucas y Gastón Curi, podrían enfrentar la pena máxima establecida en el Código Penal. Esta solicitud provino de la fiscal María Gloria André el día martes, quien sostuvo que todos ellos actuaron como coautores en el secuestro, detención y ocultamiento de la víctima con el propósito de forzarla a firmar documentos. Este delito se agrava por la participación de más de tres personas, la consecución de resultados y la muerte de la víctima, todo ello con el objetivo de obtener un rescate.
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Además se solicitó el decomiso de los vehículos empleados por los acusados en la perpetración del secuestro y asesinato, se mencionan tres camionetas: dos Mercedes Benz Sprinter y una Dodge Journey, además de dos automóviles, un Chevrolet Corsa II y un VW Golf, junto con una utilitaria Renault. Kangoo. Del mismo modo, se solicitó una orden similar para un almacén situado en la calle Jujuy de la Cuarta Sección, donde se presume que mantuvieron a Diego Aliaga como rehén.
Finalizando los alegatos, la fiscal comentó: "Esta historia no tenía otro fin que fuer ala muerte de Diego Aliaga. No había forma en que pudieran liberarlo y que salieran indemnes, porque lo conocía. La muerte de Aliaga no fue una cosa azarosa o un resultado no querido. Fue algo que se quiso desde los inicios y en el cual todos intervinieron aportando un granito de arena".
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