La fiscalía federal mendocina que investiga el secuestro del empresario Diego Aliaga que estuvo desaparecido desde el 28 de julio y fue encontrado la semana pasada asesinado en un descampado de la localidad de Costa de Araujo, aguarda el resultado del análisis de los restos hallados para determinar la mecánica y fecha probable de muerte de la víctima, informaron hoy fuentes judiciales y policiales
El cadáver de Diego Aliaga (51) fue encontrado el jueves de la semana pasada en dicha localidad ubicada a 50 kilómetros de la ciudad de Mendoza, en un lugar señalado por una persona que celebró un acuerdo de colaboración con la Fiscalía Federal 2, a cargo de Fernando Alcaraz, y que acompañó el procedimiento policial.
Voceros policiales informaron a Télam que el cuerpo se encontraba en avanzado estado de descomposición envuelto en una especie de carpa, tenía los ojos y la boca tapados, y solo tenía puesta la ropa interior.
Según informó el Ministerio Público Fiscal (MPF) en la web institucional fiscales.gob.ar, tras realizarse la autopsia se confirmó que el cadáver era del empresario desaparecido desde el pasado 28 de julio.
Sin embargo, el Cuerpo Médico Forense del MPF aguarda conocer en alrededor de 15 días el resultado del análisis anatomopatológico practicado sobre los restos hallados, para poder determinar la mecánica y la fecha probable de muerte de Aliaga.
En tanto, por el secuestro extorsivo agravado del empresario la semana pasada, dos días antes del hallazgo de su cuerpo, el juez federal 3 Marcelo Garnica había procesado con prisión preventiva a cuatro personas, en calidad de coautoras.
Se trata de Diego Barrera (51), su pareja Bibiana Sacolle (46) y dos hijos de la mujer, Lucas (26) y Gastón Curi (28).
Según dio por probado el fiscal Alcaraz al momento de solicitar la prisión preventiva para los imputados, los cuatro sospechosos planificaron y ejecutaron “de común acuerdo la sustracción, el ocultamiento y la retención de Aliaga para obtener el pago de una suma de dinero como rescate”.
Barrera era socio del empresario y despachante de Aduanas y fue el último que lo vio con vida, mientras que horas después de su desaparición, el hermano de Aliaga recibió un llamado en el cual le exigieron un millón de dólares a cambio de su aparición, por lo que el hecho comenzó a ser investigado como un secuestro extorsivo.
“Dejá de mover el avispero. Andá buscando un palo verde y ya te vamos a llamar”, le dijeron a su familiar.
Entre las pruebas que complicaron a Barrera y sus familiares se encuentran las grabaciones de algunas cámaras de seguridad en la zona de una vivienda ubicada en Rodeo del Medio, donde se encontraron con Aliaga el 28 de julio por la mañana.
Las imágenes muestran la llegada de Aliaga al lugar en un vehículo BMW y luego a Barrera y los otros dos jóvenes en distintos automóviles, pero tras ello no se lo ve salir a Aliaga.
En la investigación colabora la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (Ufese), a cargo del fiscal federal Santiago Marquevich, y se recibió el asesoramiento de la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (Dovic).