Desde fines de enero, cuando se realizó la denuncia por averiguación de paradero de Nataniel Guzmán en una oficina fiscal, el expediente lleva miles de fojas en cinco cuerpos. En medio de toda la instrucción, tres hipótesis que no pueden despegar.
Nataniel Guzmán dejó de ser visto por su círculo de amistades el 27 de enero y el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello inició los trabajos correspondientes para encontrarlo con vida.
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Sin embargo, pese a que consiguieron imágenes de cámaras de seguridad que mostraron cuando el hombre se subía a un colectivo 630 de la empresa El Plumerillo con dirección a Las Heras. Vestía camiseta morada, pantalón negro y mochila de ese mismo color, tal como se observa cuando toma contacto con el interno 72.
Según informó El Sol, los pesquisas no descartan ninguna teoría, porque hasta hace pocos días recibieron información de que se encontraba “viviendo como un hippie” en el departamento de Malargüe. También “lo vieron deambulando” por las calles de Luján y hasta en algunos partidos de Buenos Aires.
Por otro lado, Guzmán pudo haber sido asesinado porque se movía en el oscuro mundo del consumo de la prostitución. También sospechan que se suicidó días después de llegar desde Mar de Ajó, donde se encontraba con su pareja e interrumpió el viaje por una discusión; y, además, faltaba el arma que celosamente guardaba en una caja en una de las habitaciones de su propiedad.
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Ese revólver, que tenía su documentación correspondiente, también pudo haberlo cargado en su mochila porque se dirigía a un lugar donde podía sufrir algún hecho de inseguridad. Con menos fuerza pero no del todo descartada por la información que ingresa al 911, se trabaja la hipótesis de que se encuentra haciendo su vida por Mendoza u otra provincia sin tener que darle explicaciones a nadie.
No está descartado que haya sufrido un atentado contra su vida, pero la falta de un cuerpo acrecienta las dudas.