Este domingo falleció Gabriel Ortiz Vilchez, el joven que fue brutalmente atacado el lunes anterior en Las Heras mientras se dirigía a su trabajo en la fábrica de piletas IPC, ubicada en el Parque Industrial de esa comuna del norte.
A sus 30 años, Ortiz Vilchez deja viuda y tres hijos. Sus últimos días los pasó en cuidados intensivos en el hospital Italiano, luchando por su vida tras el severo golpe en la cabeza que recibió durante el asalto. A pesar de una cirugía inicial, los médicos lo declararon con muerte cerebral, y su familia tomó la decisión de donar sus órganos.
Con el objetivo de exigir justicia, familiares, amigos y compañeros de trabajo convocaron a una marcha para el martes 27 a las 18 horas, en la intersección de Lisandro Moyano y Fangio.
Este trágico incidente trae a la memoria otro caso ocurrido hace un año en Las Heras, donde Héctor Pitay Maravilla, de 21 años, fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de Emiliano Fernández, un empleado de 37 años de Cuyo Placas. El crimen, registrado por cámaras de seguridad, tuvo lugar el 14 de marzo de 2022 cuando Fernández fue atacado brutalmente al llegar en bicicleta a su lugar de trabajo.
Gabriel Ortiz fue hallado en estado de inconsciencia en la vía pública
El incidente ocurrió alrededor de las 6:30 del lunes pasado en la intersección de Lisandro Moyano y Fangio. Numerosas llamadas al 911 alertaron sobre un hombre inconsciente en el suelo, y tanto la Policía como una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado acudieron al lugar para asistirlo. La víctima, que no respondía, fue trasladada de inmediato al Hospital Central.
Según las primeras investigaciones policiales, parece ser que Ortiz Vilchez fue golpeado en la cabeza durante el intento de robo de su bicicleta, instrumento crucial para su desplazamiento diario al trabajo.
Las autoridades, enfrentando dificultades para identificar a la víctima debido a la ausencia de documentos y al impacto de sus lesiones, finalmente lograron hacerlo gracias al logo en su camiseta. Se confirmó que Gabriel Ortiz, residente de Las Heras, había salido de su domicilio en bicicleta para dirigirse a su empleo en la fábrica de piletas, ubicada a 5 kilómetros de distancia.