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La Cámara Federal dio a conocer su investigación y reveló qué pasó con Loan

La Cámara Federal ratificó la prisión preventiva en el caso por sustracción de un menor de diez años, con duras críticas a la jueza de primera instancia

Redacción
11/04/2025 11:15
El niño correntino desapareció en junio del año pasado

La sustracción de un menor de diez años movilizó a todo el país. El 13 de junio de 2024, en un paraje rural de Corrientes, desapareció Loan Danilo Peña, un niño de 5 años que almorzaba con su padre y otros invitados en una casa de El Algarrobal, en 9 de Julio. Lo que en un primer momento se manejó como una posible desaparición accidental, ahora se perfila con mayor claridad judicial como un plan premeditado. Así lo ratificó la Cámara Federal de Corrientes al confirmar el procesamiento y la prisión preventiva de los siete acusados del caso.

Un paso más cerca del juicio oral

Con esta decisión, Bernardino Antonio Benítez, Laudelina Peña, María Victoria Caillava, Carlos Guido Pérez, Mónica del Carmen Millapi, Daniel Oscar Ramírez y el ex comisario Walter Adrián Maciel quedaron al borde del juicio oral y público. Si bien hubo una leve modificación en las imputaciones para dos de ellos, la figura central de la causa —la sustracción de un menor de diez años— se mantuvo firme.

Los jueces Selva Spessot, Ramón Luis González y Mirta Sotelo solo hicieron ajustes en las calificaciones legales para Caillava y Maciel: a la primera se le quitó el cargo de amenazas, mientras que al ex comisario se le eliminó el agravante de encubrimiento por ser funcionario público, para imputarlo directamente como partícipe necesario del hecho principal.

Críticas a la jueza de primera instancia

La Cámara también se desmarcó de la hipótesis central de la jueza Cristina Elizabeth Pozzer Penzo, quien había sugerido que el niño podría haber sido víctima de un accidente, lo que luego derivó en el ocultamiento y traslado del cuerpo. Según los camaristas, esa teoría no es compatible con la figura penal que se investiga.

“La hipótesis de un hecho accidental no se ajusta al delito imputado”, afirmaron. Además, señalaron que “no existe participación criminal en delitos imprudentes”, lo que debilitaría la imputación de Maciel si se adoptara la versión del accidente.

El almuerzo, el partido y el plan premeditado

La clave del análisis judicial está en cómo los hechos ocurrieron durante el almuerzo en casa de Catalina Peña. Los jueces subrayaron que la elección de Loan como víctima fue circunstancial: su presencia en el encuentro familiar fue inesperada. Sin embargo, el plan de sustraer a un menor ya estaba definido de antemano.

“El acuerdo previo consistía en sustraer a un menor, no específicamente a Loan”, explicaron. Cada uno de los imputados tenía asignado un rol específico. Para los jueces, hubo una verdadera “comunidad de actuación” entre los involucrados, lo que sustenta su calificación como coautores o cómplices primarios.

El rol del ex comisario Maciel

Uno de los puntos más delicados del fallo es el papel de Maciel. Según la Cámara, no encubrió el delito, sino que participó activamente en su ejecución. Desde antes del hecho, Maciel tomó medidas para garantizar el éxito del plan: retuvo el libro de registros de la Comisaría para impedir que se registraran los horarios de la desaparición, lo que dificultó la reacción inmediata de las fuerzas de seguridad.

Además, fotografiaba a niños de la zona, presumiblemente para identificar posibles víctimas. El día del almuerzo, supo crear un perímetro de impunidad que permitió la ejecución del plan sin interferencias.

La mecánica de la sustracción

Según los camaristas, la secuencia de los hechos fue milimétricamente planificada. Benítez y Ramírez debían llevar a los menores al naranjal. Millapi y Laudelina los acompañarían. En un momento preestablecido, Laudelina debía abandonar la caminata y volver a casa. Loan fue entonces separado del grupo por Benítez, quien avisó a Laudelina para que activara la siguiente fase del plan.

La comunicación llegó a Pérez y Caillava, quienes abandonaron la casa con la excusa de ir a ver un partido de fútbol. Pero en realidad se dirigieron al punto de encuentro, una escuela abandonada conocida como "la tapera", donde Benítez les entregó al niño.

El silencio como estrategia

Mientras esto ocurría, Millapi se quedó con los demás menores, garantizando que no notaran la desaparición inmediata de Loan. Al mismo tiempo, Pérez y Caillava entretenían a José Peña, padre del niño, manteniéndolo bajo efecto del alcohol y la conversación.

Para los jueces, la complicidad fue total. Cada paso estuvo diseñado para garantizar que Loan pudiera ser apartado del entorno sin levantar sospechas. El uso de una coartada futbolística, la presencia de varios adultos en roles "de cuidado" y la intervención de un comisario actuando desde dentro del sistema, demuestran la sofisticación del plan.

Al menor se lo vio por última vez, en un almuerzo familiar en casa de su abuela

¿Por qué Loan? ¿Por qué ese día?

Uno de los elementos más llamativos del fallo es la confirmación de que Loan no era el objetivo original. Aunque aún no se sabe quién era el menor inicialmente elegido, los jueces remarcaron que la elección de la víctima fue circunstancial y no altera la configuración del delito.

La espontaneidad de la llegada de Loan con su padre a la casa de Catalina Peña, cambió sobre la marcha el objetivo del grupo, que ya tenía preparado todo para concretar la sustracción.

Sin pistas sobre el paradero

Hasta el momento, el paradero de Loan sigue siendo un misterio. Los jueces reconocen que la causa aún tiene puntos oscuros, pero sostienen que los elementos probatorios son suficientes para sostener que hubo una planificación concreta de una sustracción dolosa, y que todos los imputados jugaron un rol clave.

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