El grooming estuvo en la agenda de los argentinos en la última semana tras la detención del diputado Germán Kiczka en la causa en la que se lo acusa, junto con su hermano, de tenencia y distribución de material pedófilo.
El grooming, un delito tipificado en el Código Penal argentino desde diciembre de 2013, se define como un proceso en el que un adulto establece un vínculo de confianza con un niño o adolescente a través de un perfil falso en plataformas digitales, con el objetivo de cometer delitos contra su integridad sexual. Así lo explica a Cadena 3, Hernán Navarro, fundador y director ejecutivo de Grooming Argentina, quien destaca que este fenómeno es una "nueva modalidad del abuso sexual sin contacto físico".
Según Navarro, los más expuestos a este tipo de delito son "niñas, niños o adolescentes, es decir, personas menores de 18 años", siendo el segmento más vulnerable el de 9 a 13 años. "En Argentina, 4 de cada 10 niños obtienen su primer teléfono propio antes de los 9 años", señala, lo que representa una "emancipación digital" que puede poner a los menores en riesgo.
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Navarro también advierte sobre la autoproducción de material pornográfico por parte de las víctimas, quienes son coaccionadas y amenazadas. "El grooming alimenta todo ese flujo, que constituye uno de los delitos de mayor crecimiento a nivel mundial", afirma, y estima que para 2030 podría equipararse a los niveles del narcotráfico.
El experto enfatiza la necesidad de que los adultos se involucren en el mundo digital de sus hijos para poder protegerlos. "Hoy un padre que no sepa cómo funciona Instagram o TikTok estamos hablando de negligencia", sostiene.
Además, señala que es fundamental "preguntarles a los chicos cómo les va en internet", para así crear un entorno digital seguro y reconocer la vida digital de los menores como una realidad que debe ser atendida con la misma seriedad que su vida física.