La caída de Guillén Enterprise, una agencia de viajes que durante años gozó de la confianza de sus clientes, se convirtió en un escándalo judicial tras la cancelación de paquetes turísticos pagados al exterior. Pedro Guillén, su titular, enfrenta al menos 25 denuncias penales confirmadas por estafa y una ola de reclamos que sigue creciendo. La Justicia provincial ya dictó la prohibición de salida del país como medida cautelar mientras avanza la investigación.
El quiebre de la confianza
Para muchos, Guillén Enterprise representaba sinónimo de seriedad en el rubro. Clientes que confiaron en la empresa durante años relatan haber entregado grandes sumas de dinero en efectivo, en dólares e incluso vehículos como forma de pago. Sin embargo, todo cambió cuando la agencia anunció intempestivamente el cese de operaciones "por motivos financieros", dejando a decenas de familias sin sus viajes y sin el dinero invertido.
En un mensaje difundido tras los primeros reclamos, la agencia prometió buscar una solución rápida, mencionando la posibilidad de reprogramar los servicios. Pero la ausencia de respuestas concretas y el silencio posterior generaron una ola de indignación entre los afectados.
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La mediadora que desapareció
Como parte de lo que ahora se percibe como una estrategia dilatoria, los damnificados denunciaron haber sido contactados por una mujer que actuaba como mediadora en nombre de Guillén Enterprise. Según audios que circularon, se prometió una reunión entre Guillén y operadores mayoristas para resolver la situación. Sin embargo, la fecha pasó y la supuesta mediadora, junto con su número telefónico, desapareció sin dejar rastro.
La sombra de la falta de regulación
El caso también destapó un vacío legal en el control de agencias de viajes en la provincia. Según el Ente Mendoza Turismo (EMETUR), Guillén Enterprise no estaba registrada en el listado provincial de agencias turísticas, un registro optativo creado tras la derogación de la Ley Nacional N.º 18.829 de Agencias de Viajes. Esta normativa, anteriormente obligatoria, exigía condiciones como personal capacitado y seguros de caución, diseñados para proteger a los turistas.
La falta de inscripción de Guillén Enterprise pone en evidencia la debilidad de los mecanismos de control y regulación, dejando a los consumidores desprotegidos frente a situaciones como esta.
Protestas frente a la casa del empresario
El martes, un grupo de damnificados decidió buscar respuestas directamente en la puerta de la casa de Guillén, ubicada en el barrio Unimev. Aunque el reclamo fue pacífico, la Policía se presentó varias veces tras supuestas llamadas desde el domicilio. Los afectados relataron historias similares: años de confianza en la empresa y grandes sacrificios económicos ahora transformados en incertidumbre.
Mientras la Justicia avanza en las investigaciones, Guillén enfrenta un creciente escrutinio público y legal. Las víctimas, muchas de las cuales invirtieron ahorros enteros en sus viajes frustrados, claman por una solución que aún parece lejana.