Cerca de las 22 del martes, las sirenas de las autobombas se hicieron escuchar en la ciudad de Tandil, ante las primeras alarmas por el incendio que destruyó la planta de Cagnoli, ubicada en el Parque Industrial de esa Ciudad.
Frente a la magnitud de las llamas, nada quedaba por salvar de la Planta de Desposte de la empresa insignia de Tandil, la que trasciende las fronteras serranas y también las del país; desde donde salían cortes de cerdo congelados rumbo a Rusia, Colombia, Bielorusia, Perú y Paraguay, entre otros destinos.
Frente al resplandor anaranjado y densas columnas de humo que emanaban de la enorme nave industrial, los integrantes de la familia Cagnoli, empleados, funcionarios municipales y curiosos asistían a la destrucción total de la fábrica que le daba trabajo a más de 250 empleados y que, en cuestión de horas, fue arrasada por el fuego.
Todo comenzó cerca de las 22, cuando un grupo de seis trabajadores se encontraba lavando los elementos de desposte y comenzó a sentir un intenso olor a quemado. De inmediato, recorrieron la fábrica y detectaron humo que procedía del sector de la enorme cámara. Como no habían sonado la alarma, la presionaron de modo manual y salieron rápidamente del establecimiento. En cuestión de minutos, fueron testigos del modo en que las llamas se apoderaban de las instalaciones.
Conmocionados, los operarios no daban crédito a lo que acontecía en la fábrica. Mientras corría la noticia en los grupos de Whatsapp internos y en las redes sociales, decenas de empleados de la firma arribaban al lugar, se abrazaban y comentaban con preocupación las derivaciones que podría generar tamaña pérdida.
El operativo
Con el incendio declarado, cerca de las 23 había tres dotaciones del Cuartel Central y de Villa Italia trabajando en el lugar. Pasada la medianoche, ya había llegado una unidad de los Bomberos Voluntarios de María Ignacia y otra de la División Ecológica. Unos veinte efectivos más los voluntarios trabajaban con el objetivo de evitar la expansión a otras fábricas.about:blank
Además, contaron con el apoyo de un camión cisterna de la Municipalidad para abastecer las autobombas. En tanto, unidades de la Usina acudieron al Parque Industrial y cortaron la energía eléctrica en la planta, como así también parte del tendido eléctrico de las inmediaciones.
En apoyo, también trabajaron varios móviles de la policía con efectivos que intentaban mantener a raya a la gran cantidad de vecinos que se congregó frente a la dramática escena. A ellos se sumaron ambulancias del SAME, por prevención ante la posibilidad de que los servidores públicos resultaran heridos.
Inflamable y combustible
El foco comenzó en una cámara que, según trascendió, fue montada hace menos de un año. En principio, la causa habría sido un problema eléctrico en un tablero ubicado en el túnel de frío. Esa planta, que fue inaugurada para preparar cortes con destino a exportación, contaba con importantes instalaciones para la refrigeración de la carne de cerdo.
Sobre la medianoche, el personal policial comenzó a desalojar el perímetro del predio ante la posibilidad de que se produjeran explosiones. Es que en la planta se almacenaba amoníaco, material altamente inflamable, que se utilizaba para la refrigeración.
En paralelo, el fuego tomó la parte posterior de las instalaciones, donde había gran cantidad de pallets de madera y de cajones plásticos, elementos destinados a la manipulación de los cortes de carne que ingresaban y salían de la nave alimenticia.
Preocupación
Ante la magnitud del siniestro, cerca de las 23 arribaron la secretaria de Desarrollo Productivo del Municipio, Marcela Petrantonio, y el director de Turismo, Rodrigo Inza, quienes acompañaron a los hermanos Pablo y Fabio Cagnoli y al resto de la familia ante el tremendo episodio.
En principio, trascendió que el intendente Miguel Lunghi ya se puso en contacto con el gobernador Axel Kicillof para comunicarle la lamentable noticia, que tendrá un impacto económico de grandes dimensiones para Tandil y la región. En simultáneo, Marcela Petrantonio también había puesto al tanto de la situación al ministro de la Producción Augusto Costa.
Las decenas de empleados que seguían la escena en vivo, en medio de la conmoción, no lograban ocultar la preocupación por los puestos laborales. Si bien no pudieron precisar con exactitud cuántos empleados cumplían tareas en la Planta de Desposte, estimaron que la cifra supera los 250.
En simultáneo, las decenas de vecinos que contemplaban la potencia del fuego desde adentro del Parque Industrial, desde el camino que conecta con la Base Aérea o apostados a la vera de la Ruta 226 se lamentaban por la suerte de la planta, uno de los puntales de la emblemática firma Cagnoli.