Joaquín Sastre dejó de ser el entrenador de Gimnasia y Esgrima luego de una reunión con el presidente Fernando Poretta, llevada a cabo este viernes. A pesar de tener contrato por un año más, ambas partes llegaron a un acuerdo para la desvinculación del estratega, marcando el fin de un ciclo que estuvo lleno de altibajos.
Sastre, quien anteriormente se desempeñó como asistente de Luca Marcogiuseppe, asumió la responsabilidad de liderar al equipo con la esperanza de mejorar su rendimiento en el campo de juego. Sin embargo, la temporada resultó ser más desafiante de lo esperado, llevando a la desvinculación del entrenador.
Bajo la dirección de Joaquín Sastre, Gimnasia y Esgrima logró clasificar al Reducido por tercer año consecutivo, aunque lamentablemente, su camino en el torneo llegó a su fin en los octavos de final tras enfrentarse a Quilmes.
Aunque el equipo logró algunos resultados destacados a mitad del campeonato, su rendimiento se fue desinflando gradualmente.
La falta de consistencia, un plantel limitado y la incapacidad para convertir goles fueron aspectos que marcaron la campaña de Gimnasia.
Gimnasia tuvo más bajos que altos. Fue un equipo irregular a lo largo del torneo, con un equipo limitado. Muchos creían que se estaban logrando los mejores puestos en la mitad del campeonato pero se fue desinflando a punto tal que en el sprint final, consiguió un punto en Carlos Casares frente a Agropecuario y la victoria holgada frente a Guillermo Brown de Puerto Madryn por 5 a 0 que le valió llegar en el penúltimo escalón del torneo reducido.
Gimnasia hizo lo que pudo con un equipo, que sin estar jerarquía en donde aparecieron algunos jugadores importantes como es el caso del arquero Brian Olivera, gran campeonato de Romano, algo de Villarruel y Castro. Sin embargo, nunca tuvo poder de fuego, tenía un déficit en goles y sí le convertían muchos. Fue un equipo ancho que nunca se colocó en posición de tomar el control de los partidos, nunca fue un equipo vertical, ni mucho menos. Escasa capacidad para buscar dinámica de juego y un efecto sorpresa que careció.
En el partido contra Quilmes, luego de la suspensión por la agresión al arquero Olivera, el presidente Porretta decidió jugar en cancha de Platense la reanudación, y no en Quilmes a puertas cerradas. El mini partido de dos tiempos (22 y 23 minutos) Gimnasia lo jugó con una floja actitud. No tuvo predisposición. No lo jugó como una final. Le faltó apetito y además; falló el DT porque se imaginaba que iba a aprovechar las cinco ventanas para realizar los cambios. Porque perdido por perdido, lo podría haber ganado o empatado o perdido, como fue el resultado final. Sin embargo, Sastre fue muy cauteloso, le faltó audacia y por eso terminó como terminó.
Cierre del ciclo de Joaquín Sastre, quien asumió el liderazgo tras la dirección de Marcogiuseppe, siendo su asistente. La decisión de la dirigencia de promoverlo a la posición principal fue acertada, pero lamentablemente, en la fase final del torneo, no logró trazar el camino necesario para consolidar al equipo como protagonista.
El equipo del parque ahora se encuentra en la búsqueda de un nuevo entrenador que pueda liderar al equipo hacia un nuevo capítulo en la próxima temporada.
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