Es un día de profunda reflexión, de sencillas expresiones y de accesible comprensión: la mujer ocupó durante siglos el centro de la sumisión, la explotación laboral, doméstica, social, política y económica, la violencia física, psicológica, sexual, patrimonial simbólica y política, entre otras modalidades.
Démosle un nombre: Desigualdad. Violación de su libertad. Vulneración de su dignidad.y uno más: Ausencia de derechos.
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La dominación, como la esclavitud, encadena la libertad y la autonomía de determinación de los seres sometidos, destruye la armonía y aniquila la dignidad, valor supremo de la vida de todos los seres humanos, sin distinción de sexo- (Declaración Universal de los Derechos Humanos. ONU ,1948).
Principalmente, a partir de la mitad del siglo 20, la mujer, paso a paso, ha ingresado en una lucha pacífica, irrenunciable e inclaudicable, en la conquista de sus derechos y el pleno ejercicio de los mismos.
Luchar por la igualdad, la libertad, la verdad, la justicia y la dignidad, implica una ruptura con los valores dominantes.
¿Que persigue la mujer?
Una transformación cultural, un nuevo estilo de vida, una educación prolongada y exhaustiva basada en esos valores y una nueva visión del mundo que paulatinamente contribuya al cambio de estereotipos, costumbres y roles asignados asimétricamente al hombre y la mujer, que reflejan en la práctica injustas discriminaciones.
En razón de ello, hombres y mujeres, no solo debemos analizar los hechos aislados sino también la totalidad de las tendencias, desarrolladas por ambos, en sus mutuas relaciones y las formas de interacción en el presente y en el futuro.
La mujer y el hombre no están limitados sólo por sus parámetros biológicos, sino que a su vez son protagonistas de principios y valores culturales, integrantes de una unidad donde la superioridad de uno sobre otra, crea la posibilidad de una desarmonía social, claramente irracional.
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¿Dónde se encuentra la variable fundamental para ese crecimiento?
Se encuentra principalmente en la educación y la cultura, elementos esenciales de la transformación social.
Existe hoy una necesidad de elaborar una educación con visión interdisciplinaria, que presupone una profunda conexión del conocimiento y la práctica, una unidad entre la teoría y la realidad.
En el ámbito tribunalicio, los jueces y fiscales que son ciegos a la perspectiva de género o no poseen la cultura jurídica actualizada, en el orden internacional, regional, constitucional y legal, suelen encender hogueras de angustias e injusticias en sus decisiones.
La injusticia es siempre la raíz de la sinrazón y la perversidad.
Escrito por la Doctora Sofía Burad.
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