La pandemia y los artistas visuales en Mendoza: reinventarse sin perder la esencia
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La pandemia y los artistas visuales en Mendoza: reinventarse sin perder la esencia

Con profesionalismo e ingenio, el arte de Mendoza quedó lejos de sucumbir por los avatares de la pandemia de Covid que azotó al mundo entero durante los años 2020 y 2021. El derrotero de un sector que se desafía a sí mismo, contado por uno de sus protagonistas, un gestor cultural que promueve el arte de diversas maneras y formatos, Daniel Rueda.
Redacción
25/10/2022 17:11

Por Sebastián Pérez Dacuña


La pandemia Covid 19 nos hace recordar que los artistas en general vivieron casi dos años de dificultades, alterándose sus vidas y cambios profesionales y sobre todo económicos, como muchas y la mayoría de las actividades laborales.

Si bien lo virtual apareció como un paliativo en su inicio, se agotó en muchos casos desde la mirada de su novedad. Tiempos difíciles pasaron, donde lo inesperado definitivamente rompió la inercia de lo cotidiano. Imposible no reconocer en los artistas visuales, sólo a título de ejemplo, dentro de las distintas disciplinas artísticas mendocinas, como se repensaron dinámicas frente a una escena que venía reclamando nuevos planteos con antelación al suceso, en especial en relación a la manera de concebir la vinculación entre la práctica artística, el público y los espacios que exhibían sus trabajos, que por cierto, varios estaban cerrados y otros recién reinaugurados.

Una de las tantas acciones que recurrieron los artistas y gestores culturales mendocinos, es que recurrieron a diferentes artilugios para no romper el lazo con sus públicos, generando una serie de experiencias, de mayor o menor resultado positivo para la visibilización e intento de comercializar sus trabajos.

Daniel Rueda

Así por ejemplo las redes sociales se inundaron de imágenes con obras de artistas, no bien iniciado el aislamiento obligatorio. También lo hicieron gestores culturales como el caso del abogado y gestor cultural Daniel Rueda, quién lanzó en sus redes el Proyecto MOSAICO que consistió en una obra artística virtual, elaborada con pequeñas piezas, nada menos que sus protagonistas, los mismos artistas visuales de Mendoza en diversas formas y colores. Ellos eran las teselas, unidas sobre un lecho fresco, en ese caso virtual, que los aglomeraba para formar una composición. De ese modo se buscaba visualizarlos para ubicarlos directamente sin comisión alguna con el público, acercar partes entre este último y el artista –su persona- a quien generalmente no se lo conoce tanto físicamente, sino a través de sus trabajos. Se visualizaron más de 450 artistas, quedando el resultado en la esfera privada de cada uno de ellos, cuando la posibilidad de hacer nacer proyectos, acciones y/o vinculaciones se les presentó en algunos casos.

Ya pasado el tiempo se empezó a prefigurar una escena de convivencia entre ambos soportes, con este nuevo modelo –lo virtual- y entre algunas licencias temporales que permitieron sociabilizar en mayor medida. En este caso, el mismo gestor referenciado promocionó en Terrazas de Los Andes del grupo CHANDON a seis artistas: Germán Álvarez, Claudia Camplone, Juan Castillo, Marcela Furlani Alejandro Herrera Guiñazú y Vivian Levinson, quienes compartieron una exitosa propuesta tanto física como virtual. Acto seguido le continuó otra propuesta similar, no menor en importancia con los artistas: Daniel Bernal, Egar Murillo, Luciano Pappalardo y Leandro Pintos, pero acompañados de una mayor flexibilidad presencial.

A su vez en ArteH Espacio Hipercerámico del cual el gestor es su Director hace 5 años, la pandemia lo había sorprendido con la reciente inauguración de una increíble muestra de la artista Laura Valdivieso. Una muestra única, donde la consagrada artista había pensado y trabajado en la producción de sus obras, en el escrito del texto curatorial y hasta el diseño de montaje. Se titulaba: “Colorear sin salirse del contorno”. La misma quedó con su montaje realizado pero sin poder visitarse. Con el transcurso del tiempo se descolgó ante la nula expectativas de reapertura. Posteriormente la empresa, también haciendo uso de los intervalos referenciados que esperanzaban volver a la “normalidad”, le permitió accionar y realizar algunos encuentros, inauguraron otras nuevas propuestas, de los reconocidos artistas Juan Justo (instalación) y Gerardo Montarulli (fotografía), invitando en ese entonces a Valdivieso a que repensara la propuesta original y que capitalizara la experiencia vivida. Acto seguido se reeditó la muestra con una mirada más completa de Laura Valdivieso, bajo un proyecto al que se sumaron artistas como Mariana Mattar, Franco Pellegrino, Rodrigo Etem, Clara Ponce y Alejandra Crescentino, quienes acompañaron sus miradas sobre la obra de Valdivieso. La muestra se transformó en un éxito. Entre tantas experiencias es imposible olvidar su autobiografía, inspirada en la que escribió Antonio Di Benedetto en 1968 por encargo para una publicación de Alemania Occidental. También pasaron exposiciones inolvidables bajo este tiempo por el espacio ArteH como las muestras de las artistas Inti Pujol con una propuesta individual. Seguidamente Natalia Espinosa, Chiara Bellusci, Luz Magarre, Valentina Palacios, Victoria Riveros, Emilia Sánchez y Amira Yurie, todas ellas curadas por la premiada artista y gestora Lorena Rosas, sin olvidar una de las más convocantes muestras recientemente inaugurada de la ascendente artista Florencia Aise, quién cederá la sala a la consagrada artista y gestora cultural Martha Artaza que trae una propuesta única e innovadora.

También otras de las acciones y actividades que llevó el Dr. Daniel Rueda en ese período, fue la coordinación en forma muy silenciosa y compartiendo sólo aisladas imágenes en sus redes, de un increíble equipo de profesionales como son la Lic. Cristina Sonego, la Arq. Mariela Hugg, la Prof. Laura Hart y el Técn. Marcos Payueta, Técn. Juan Gauna, entre otros y, que una vez más abierta la posibilidad de compartir nuevamente con el público, inauguraron en la Estancia Bodega El Retiro en Santa Rosa, Mendoza, una sala de arte en homenaje a la entrañable Ruth Santander de Vila, quien se la recuerda como una importante difusora y amiga de nuestros artistas, poniendo en valor un acervo de arte histórico que incluye pinturas, objetos e imaginería con escenas religiosas asociadas a las escuelas cusqueña y potosina, adquirido a lo largo de veinte años por el empresario y coleccionista Alfredo Vila Santander.

Lo anteriormente descripto se desarrolló en el plano privado, mientras que en el público en plena época de pandemia asomaba una noticia histórica y muy esperada por el colectivo artístico quien trabajó por años para su recuperación. Mientras se leía en las noticias que los museos en el mundo cerraban y despedían empleados, en la ciudad de Mendoza a pedido del intendente Dr. Ulpiano Suárez ponía a trabajar un equipo no menor de profesionales, y con las herramientas de trabajo correspondientes. Si bien el gestor cultural tuvo el privilegio de su Coordinación General po encargo del alcalde, se trató de un verdadero trabajo en equipo multidisciplinario con las gestiones de la Prof Laura Fuertes, Directora de Cultura de Mendoza y Lic Felipe Rinaldo, Secretario de Turismo y Cultura de Mendoza, todos ellos integrantes del equipo de Suárez y, sin omitir a cada uno de los integrantes del museo, con la participación de Enrique Tesasseca en una etapa inicial y posteriormente hasta la actualidad con la dirección de Mariana Mattar, actual responsable del MMAMM e integrante del equipo del Coordinador del ECPI (Espacio Cultural Plaza Independencia), Daniel Rueda. Todo ello luego de dos años de trabajo sostenido a puertas cerradas, se rearmó y abrió sus puertas hace un año al público, posicionándose como uno de los museos referentes en el circuito de las áreas visuales del país.

Como editor creo que todo creció por la necesidad que latía de repensar espacios de debate que interpele al público, y no ya como modos de visitas fugaces, sino como ambientes presentes y colectivos, donde tengamos la oportunidad para que el público pueda disfrutar de nuevas experiencias, mucho más sostenibilidad y con un concepto menos espectacularizado del arte, menos medido por multitudes. Definitivamente hay que pensar en contribuir para evitar el consumo rápido y superficial del arte. Y siempre brindar que ese modo de visita sirva como nuevo paradigma. Se trata de nuevos modos de vinculación con las audiencias y considero que la pandemia trajo dolor pero también oportunidades en las que Mendoza supo capitalizar.

Por todo ello destaco que todo lo anterior, sea a través de gestores, artistas consagrados o funcionarios, son los artistas quienes volvieron a ganar la calle, a incentivar a los anteriores a lograr lo que alcanzaron. Lo digo por los artistas son educadores en la sociedad ya que el resultado de su expresión siempre es visto como referente por personas a quienes muchas veces transforma de cierta manera a quien observa, ya sea a través de una idea, una emoción, o una reflexión. Eso sí sufrieron y mucho, PERO NO DEFRAUDARON A SU PÚBLICO.

Párrafo aparte, y con gran esfuerzo y maestría tambien cabe destatacar la labor excluyente y comprometida de gestores culturales como es el caso de la Lic Gabriela Nafissi con sus acciones internacionales en Bodega Monteviejo.
Además, plataformas como la de los gestores Rodrigo Etem, Clara Ponce, Mariana Barón y Paula Pino con su espacio virtual y de capacitación ya reconocida a nivel nacional y de un crecimiento sostenido. La gestión de Aristóbula Casa de Arte, de la artista Cecilia Carreras y el espacio de Arte & Muebles, de Alejandra Cicchiti que apoyó permanentemente a los artistas con su espacio y la pluma en distintos medios. La participación en la escena de Protea Espacio de Arte de la mano de la Mgter Julieta Giargulo con muestras increíbles de artistas consagrados Por último la importante gestión de Facundo Diaz visibilizando artistas contemporáneos en distintos proyectos. Todos ellos en mayor y en menor medida enfrentaron a su modo la un pandemia, sin dejar de generar posibilidades para los artistas y el público en general al igual que sostuvieron sus propuestas en mayor y menor medida, bodegas como Zuccardi y Trivento con sus espacios de arte y la gestión permanente del conocido destino turístico cultural El Enemigo del enólogo Alejandro Vigil con la participación de su gestor como Fernando Gabrielli