El 25 de febrero el secretario de Energía, Darío Martínez, mantuvo un encuentro con el embajador argentino en la Federación Rusa, Eduardo Zuain, en donde analizaron diversas posibilidades de intercambio comercial en materia energética entre ambos países.
En su momento, la Unión Soviética suministró a la Argentina turbinas y equipos de generación eléctrica que alcanzaron a cubrir casi el 40% de la capacidad instalada.
En gabinetes de la Secretaría de Energía y de la Secretaría de Obras Públicas del gobierno argentino circula un documento nombrado como “Agenda Energética Argentina-Rusia”, con proyectos concretos de cooperación.
En el ámbito eléctrico, el principal es el proyecto de la Central Hidroeléctrica de Chihuido, en plena Patagonia, con un presupuesto de casi dos mil millones de dólares, que podrá abastecer de energía a Vaca Muerta, la potente cuenca petro-gasífera que se desarrolla en esa región.
La compañía Inter RAO integró el grupo de empresas que en 2015 se adjudicó la licitación luego anulada por el gobierno de Mauricio Macri. Ahora, Inter RAO reiteró su interés en la obra.
La Agenda Energética incluye el plan de repotenciación de las turbinas en la central hidroeléctrica de Salto Grande, construida en 1976 y equipada por la Unión Soviética. Este emprendimiento conjunto con Uruguay ahora requiere modernización y aumento de capacidad de generación. Power Machines, la sucesora de Energomachexport, la empresa que proveyó esos equipos, se ha propuesto para continuar una obra cuyo presupuesto estimado oscila en los 800 millones de dólares.
Power Machines también prepara una presentación para incrementar la potencia de la central hidroeléctrica argentino-paraguaya de Yacyretá.
Dos grandes compañías rusas: Gazprom y Zarubiezhnieft iniciaron tratativas para invertir en campos de petróleo y gas tanto en Vaca Muerta como en Tierra del Fuego. Serían las primeras empresas rusas en trabajar en esos yacimientos.
Existe la idea de construir en Tierra del Fuego, aprovechando sus grandes reservas de gas, un complejo para producción de GNL, que podría exportarse al Sudeste Asiático cruzando el estrecho de Magallanes y navegando por el Pacífico Sur. Una ruta mucho más corta y barata que la ruta del Mar Ártico.
La Argentina explotó décadas atrás la red ferrocarilera más extensa de Sudamérica. De sus 42.000 kilómetros ahora están en condiciones operativas alrededor de 10.000… La misma obsolescencia se evidencia en el material rodante, tanto vagones como tracción. Entre los proyectos que las empresas rusas y las argentinas están en condiciones de abordar se encuentran el ferrocarril norpatagónico, que uniría el puerto de Bahía Blanca, en la costa atlántica argentina, con el de Concepción en el Pacífico chileno. También se estudia el proyecto ferroviario que uniría la zona agroganadera argentina con el sur del Brasil. Dos desarrollos en los que en su momento mostró interés la rusa “RZhD”.
Para coordinar este flujo de futuros negocios, entre los bancos centrales de ambos países, así como entre principales bancos comerciales, se han suscripto algunos memorandos de entendimiento que ahora tendrán que transformarse en acuerdos operativos. En una primera fase, como lo mencionan los documentos suscriptos entre el Roseximbank y el BICE, y el Gazprombank y el Banco Provincia, se trata de establecer cuentas correspondientes pero, en la medida en que estos negocios planteados prosperen, a semejanza de lo actuado por los bancos chinos, se prevé la instalación de representaciones de bancos en ambos países.
El volumen de negocios que están sobre una eventual mesa de negociaciones es lo suficientemente importante como para dar crédito a versiones que hablan de la instalación de un mecanismo de SWAPP entre Rusia y la Argentina, similar al existente entre China y la Argentina, que ha permitido financiar con tranquilidad importantes proyectos de infraestructura emprendidos en nuestro país por compañías chinas.
Uno de los temas políticos centrales a atender por el nuevo representante diplomático, sin duda, será la búsqueda de un entramado solidario con la decisión del gobierno argentino de llevar a cabo un gran programa de reconstrucción nacional. En este sentido, se presenta como muy atractiva la posibilidad de un ingreso de la Argentina al Grupo de los BRICS. Las características económicas y políticas de nuestro país avalan esta intención.
Será tarea del nuevo representante argentino en Moscú reverdecer antiguas gestiones, hechas a principios de la pasada década, para lograr ese objetivo. En aquella oportunidad, la intención argentina contó con la solidaridad y el respaldo de la mayoría de los países BRICS. Esa actitud, dada la actual realidad internacional, sigue activa y lista para ser aplicada.