El docente es un eslabón fundamental en la construcción no sólo de la cultura, sino, como consecuencia de ella, de la sociedad, de la manera cómo sus alumnos ven al mundo, de la distintas perspectivas con que interpretan a este mundo, a la sociedad y a su existencia social e individual que otorgan un orden a su convivencia. Muchas veces ese trabajo de hormiga e incansable no trasciende la frontera de la escuela y da caldo de cultivo a las críticas y cuestionamientos.
En el caso de la escuela Joaquín Lavado, el compromiso social que hay dentro de la institución impacta de lleno en la comunidad de La Favorita y hace que el alumnado tenga las armas para transformar una diaria y cruda realidad.
Con ese objetivo, con esa pasión que se vive dentro de ese establecimiento del Oeste mendocino, cuatro docentes (Eunice Núñez, Franco Barros, Carla Fernández y Verónica Almacio) apoyados por la directora, Ivana Lona, una "topadora" a la hora de trabajar y emprender, surgió en la escuela la propuesta de realizar un proyecto de la construcción de ladrillos ecológicos a partir del trabajo comunitario de recolección de materiales plásticos que además impactan en un medio ambiente más sustentable.
"La idea surgió de ver qué en La Favorita había muchas botellas en las calles y como una manera de ayudar al medioambiente", cuenta Eunice Núñez quien es profe de física y fue la primera en proponera la idea.
"El primer escollo fue encontrar una molienda para que todo el plástico se convirtiera en la materia prima. Fue así que después de.mucho buscar nos enteramos que había una en la escuela Álvarez Condarco, donde encontramos muy buena predisposición para trabajar en conjunto. Los ladrillos serán construidos por los mismos alumnos de nuestra escuela y el primer objetivo será levantar una pared medianera que no tiene el colegio en este momento", continúa contando la profe.
Quien también nos adelanta que han recibido el ofrecimiento de dos negocios gastronómicos de la ciudad (Cano y Tremendo) para donar botellas semana a semana. Un gran aporte de la profe Valeria Valdez.
Pero el proyecto va más allá. La idea es que no todo culmine con los alumnos que están concurriendo a la institución. Por lo contrario y, apostando siempre al sentido de pertenencia, se pensó en adherirse al programa de cooperativas escolares que impulsa la DGE y así poder dar, en un futuro no muy lejano, la posibilidad de que los alumnos tengan un sustento laboral y económico comercializando los ladrillos que vayan produciendo."Tenemos un grupo de profesores que siempre están proponiendo proyectos y eso es un orgullo para la institución", dice la directora quien estaba feliz en la presentación de la cooperativa.
La misma fue creada la semana pasada en una "asamblea" en la que se eligieron las primeras autoridades. Son en total ocho los alumnos que tendrán la misión de capacitarse, ordenar y llevar adelante el trabajo de esta.
La Joaquín Lavado es una escuela que se destaca por sus impulso y sus ganas de darle a los alumnos algo más que los contenidos curriculares.
En el 2016, se lanzó un proyecto de Biogas con materia orgánica y que llevo a qué hubiera alumnos que fueron invitados a Chile, en el 2017, se colocaron en la escuela paneles solares y la mano de obra fue de los propios chicos. Ya en el 2019, se comenzo con una incubadora de aves de corral con objetivo de vender huevos. La pandemia y sus consecuencias frenaron el imperio, pero solo por un tiempo. El regreso a la presencialidad volvió a renovar los bríos. Este año la.escuela también incursionó con un taller de periodismo barrial que se articula con los profesores de lengua y comunicación en varios cursos con la idea de que sea el primer paso hacia la creación de un medio de la comunidad.
Una institución que es ejemplo de empuje. Que muestra su preocupación por la comunidad, lo que debería ser una constante y no una cuestión aislada.
En el final, Eunice nos cuenta que la idea es que muchos de los chicos puedan hacer, en unos años, sus propias casas con los ladrillos que vayan saliendo de la escuela. "Algunos tienen el terreno, pero no la capacidad económica para construir". En eso también se pensó en la génesis de esta propuesta. Ojalá todo pueda concretarse, aunque visitando el colegio uno puede percibir que hay algo seguro, las cosas pueden salir bien o mal, pero nunca bajarán los brazos. Al fin y al cabo, de eso se trata la vida ¿o no?
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