La realidad superó ampliamente los pronósticos de la Casa Blanca.
Estados Unidos, el país del mundo más afectado por el coronavirus, superó hoy los 5 millones de casos, inmerso en las escaramuzas entre los demócratas y la Casa Blanca por la decisión del presidente Donald Trump de resolver unilateralmente medidas para paliar los efectos de la pandemia en la economía.
Según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos registró hoy un total de 5.017.150 contagios, por delante de Brasil, con 3.012.412; la India, con 2.153.010; y Rusia, con 885.718, que sumados reúnen más de 56% de los casos globales.
Estados Unidos también es el país con más muertos por coronavirus en el mundo, con 162.635; y le siguen Brasil, con 100.477; México, con 52.006; y el Reino Unido con 46.659.
Los estados más afectados en el país norteamericano por la pandemia son California, con 555.797 casos; Florida, con 532.806; y Texas, con 497.915.
En cuanto a los muertos, Nueva York es el estado más golpeado, con 32.768 fallecidos; seguido de Nueva Jersey, con 15.869; y California, con 10.316.
El balance provisional de muertos ha superado ya con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia, recordó la agencia de noticias EFE.
El presidente Donald Trump rebajó al principio esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y los 60.000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre EEUU habrá superado los 250.000 fallecidos, y para el 1 de diciembre, los 295.000.
Pero el avance inexorable de los contagios no suprime el debate político, sobre todo cuando faltas tres meses las elecciones presidenciales.
Trump, luego de que los representantes demócratas en el Parlamento no llegaran a un acuerdo con la Casa Blanca, firmó ayer cuatro órdenes ejecutivas que contemplan una prestación adicional para los desempleados, un retraso en el pago de impuestos sobre las nóminas, una moratoria en la devolución de los préstamos estudiantiles y una paralización de los desahucios de viviendas federales.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, fue contundente a la hora de tachar esas medidas de “bazofia inconstitucional”.
“De hecho, lo que el presidente hizo, y estoy de acuerdo con lo que el senador republicano dijo, es una bazofia inconstitucional”, sentenció Pelosi, en declaraciones a la cadena de televisión Fox News.
Pero a pesar de la virulencia de su reacción, Pelosi no precisó si trabará con un recurso judicial los decretos de Trump, y tampoco lo hozo el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
Interrogado sobre la legalidad de esos decretos, Schumer afirmó a ABC News: “Bueno, sabe, dejaré eso a los abogados (…) No va a entrar (las órdenes) en efecto en la mayoría de lugares hasta dentro de semanas o meses porque está armado de una manera loca”, reflexionó.
Los demócratas y la Casa Blanca llevaron a cabo entre el jueves y el viernes una ronda de negociaciones para impulsar un nuevo paquete de estímulo económico, que terminaron con acusaciones mutuas.