La última tormenta que se abatió sobre una parte importante de la provincia dejó, además de daños, muchos interrogantes. Qué rol tienen, para qué sirven y en qué estado se encuentran las defensas aluvionales de Mendoza
Por Luis Martínez, Redacción Jornada
De acuerdo a un estudio que realiza la UNCuyo, Mendoza posee condiciones climáticas y geomorfológicas que hacen que su ecosistema esté expuesto a riegos naturales de diferente envergadura. En el caso del riesgo aluvional, esto se debe a las grandes pendientes, lluvias estivales violentas y concentradas, escasa vegetación, suelos no consolidados, ríos secos que encauzan el agua de lluvia en dirección al área urbana, entre otros.
Dichos factores son los que generan el alto riesgo aluvional que acecha a la provincia. Por lo que estamos en presencia de una amenaza natural latente, que muchas veces pasa desapercibida para los mendocinos.
Además, también influye el factor humano, con la existencia de escasas políticas de control que ha provocado concentración acelerada de población y edificación en zonas no aptas para tal fin. Las cuales han sido recientemente contempladas en la Ley Nº 8.999/2017, que aprueba el Plan Provincial de Ordenamiento Territorial.
La idea es poder sistematizar la información existente sobre las actuales obras de defensa aluvional, para poder analizar y avanzar con aportes técnicos en la actualización de la reingeniería del sistema, es uno de los principales objetivos en los que trabajan desde la Facultad de Ingeniería. Lo hacen a través del proyecto “Un aporte a la actualización de la ingeniería del sistema de defensa aluvional del Gran Mendoza” que, considerando las nuevas herramientas tecnológicas, apuesta también a una concepción más integral y sustentable de las obras hidráulicas existentes en los municipios de Luján, Godoy Cruz, Ciudad y Las Heras.
Mario Salomón quien explica, en la vice dirección del proyecto “Un aporte a la actualización de la ingeniería del sistema aluvional de la provincia de Mendoza”, explica que “lo que se presente es contribuir al conocimiento actualizado del sistema para evaluar la situación actual que permita realizar una reingeniería de datos y diseño para mitigar los efectos aluvionales. Agrega que “está vinculado a la alta variabilidad que genera el cambio climático y los eventos extremos que hacen que se deban reformular los cálculos que se hicieron en las décadas del 40 y del 60 que es la mayoría de la infraestructura aluvional que existen en la provincia”.
“Con las nuevas herramientas tecnológicas, y tanto el uso de nuevos modelos e imágenes satelitales para poder detectar los usos del suelo que nos van a permitir obtener un diagnóstico actual y futuro con propuestas para la planificación del uso y revisión del sistema existente a los efectos de poder analizar cómo están funcionando, cómo es su comportamiento y de qué manera a través de este relevamiento se puede colaborar para rediseñar y adecuar esa infraestructura”. En relación a las últimas tormentas y sus efectos dijo “Hay una alta correlación con los eventos actuales que se han generado estos últimos días de lluvias y escorrentías con tormentas estivales que ponen a prueba el comportamiento del sistema atendiendo a la intensidad y magnitud de los fenómenos”, indicó.
“Concretamente vamos a tratar de dar aportes académicos en la formación de los profesionales de la UNCuyo a través de este estudio permitiendo tener una visión y un conocimiento más actualizado y más ajustado. Y a nivel gubernamental va a permitir una articulación con organismos de gestión para evaluar obras existentes y futuras y su planificación”, concluyó.
El sistema de defensa del piedemonte y el Gran Mendoza que analizan, que tiene como función almacenar agua y liberarla en forma controlada, está formado por los diques San Isidro, Papagayos, Frías, Maure y el colector Blanco Encalada. Entre otros datos, parten de que tanto el Maure, Papagayos y Frías tienen una reducción de su capacidad original de 58%, 21% y 13%, respectivamente.
Más allá del aporte a la actualización del sistema aluvional, este equipo apuesta a la aplicación didáctica de lo relevado, como contenido para la carrera de Ingeniería Civil.
Además, el proyecto es interdisciplinario ya que algunos miembros del equipo de investigación trabajan también en organismos de control (como la Dirección Provincial de Vialidad, el Departamento General de Irrigación, CONICET, entre otros), y aspiran a sumar nuevos organismos.
Hace algunos meses desde Capital también analizaban la situación. “Es que atrás del Dique Frías hay un vaciadero ilegal, una situación que viene desde hace algunos años y fue denunciada en enero. Ha intervenido la unidad fiscal de Capital y hemos aportado información y documentación reciente porque vemos que también hay focos de incendio. Hemos trabajado junto con Defensa Civil y el equipo de Desarrollo Urbano de la Ciudad para mitigar esta situación, pero entendemos que es necesario avanzar en un plan de remediación de esta zona”, dijo en ese momento el intendente de Ciudad, Ulpiano Suarez.
Después del temporal de ésta semana desde el gobierno se expresaron satisfechos por el funcionamiento del sistema. Desde el ministerio de Infraestructura explicaron que en los últimos 4 meses acondicionó más de 30 kilómetros de cauces. Estos trabajos son parte del operativo anual de mantenimiento que se hace para conducir los caudales proyectados en el período de alerta aluvional durante la temporada estival.
Señalaron que uno de los trabajos recientes fue el acondicionamiento del colector del Bajo Barrancas en Maipú. Allí se consolidaron las márgenes del cauce para dejarlas en condiciones.
Por otra parte, se retiraron 300 metros cúbicos de material vegetal y basura en el colector Papagayos con una labor completa de desmalezado, limpieza y desembanque. Los trabajos continuarán durante los próximos meses con el compromiso de proteger y preservar los colectores en toda la provincia.
Pero además apelaron a la conciencia ciudadana para el cuidado de los cauces es fundamental para el saneamiento y armonía tanto de la población como para el buen funcionamiento de canales de riego, colectores y acequias. Por esto, se solicita a la población no utilizar estos lugares como vaciaderos, ni dejar residuos en las calles, ya que después de una tormenta, la basura va a parar a los canales, tapa las alcantarillas y se generan inundaciones no previstas.